El pasado 11 de noviembre el Honorable Consejo Superior de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en sesión estatutaria y especial para el efecto, designó como Rector del Alma Mater Boyacense para el período estatutario 2011 - 2014, al tunjano Gustavo Álvarez, médico, especialista en Neurología y reconocido docente de la Facultad de Medicina.
La elección del nuevo Rector estuvo antecedida de una reglamentaria campaña en la cual participaron en sendas consultas internas los diferentes estamentos universitarios: docentes, estudiantes, administrativos y trabajadores.
Las consultas estamentarias dieron como resultado la escogencia de cuatro candidatos (dentro de una gama más numerosa de aspirantes); todos los escogidos son docentes reconocidos en la misma universidad, a saber: Gustavo Álvarez (médico) , Óscar Ramírez (ingeniero civil), Gabriel Patarroyo (licenciado en matemáticas y física) y Javier Guerrero (licenciado en ciencias sociales), todos con títulos o estudios de posgrado pertinentes a su profesión básica y, unos más que otros, con demostrada y confiable experiencia administrativa y académica (en investigación científica y docencia).
Ellos, se presentaron ante el Consejo Superior Universitario después del rutinario proceso de presentación de las respectivas propuestas programáticas que conforme a la Misión Corporativa del Universidad darían orientación estricta y comprometerían, respectivamente a quien fuere elegido finalmente, en el ejercicio estatutario de sus funciones y responsabilidades universitarias durante el periodo 2010 - 2014.
Conforme a percepciones objetivas y desprevenidas se colige que, en general, las propuestas programáticas fueron serias y consistentes con los intereses y expectativas de la comunidad universitaria. Es decir que las citadas campañas fueron democráticamente edificantes como debe corresponder siempre al talante de la Universidad Pública que en esto deben diferenciarse, y muy acentuadamente, de las tantas y tan costosas y gravosas campañas que se cumplen en el régimen electoral colombiano en las rutinas partidistas. Tales diferencias son obvias por las razones implícitas en el método científico peculiar y determinante de todo ejercicio universitario.
La Misión de la universidad debe trascender su ámbito interno para incursionar, de manera sistémica, en la transformación constructiva de la sociedad que la alberga y sostiene con ingentes sacrificios y enormes costos sociales y económicos. Por esto, la elección de Rector habrá tenido, seguramente, en cuenta la garantía del beneficio social que la universidad pública debe dar a la sociedad, mucho más en la práctica que en la simple y reglamentaria teoría en la cual, tantas veces, se han desgastado grandes esfuerzos y tiempos preciosos con muy lentos y discutibles resultados, en términos del beneficio estructural que espera la población boyacense.
Se percibe, objetiva y desinteresadamente, que en la búsqueda de mayor pertinencia institucional con Boyacá, especialmente, la elección del nuevo rector ha sido acertada. La UPTC debe ahora seguir buscando la excelencia docente e investigativa en todos sus programas y en especial en el de Medicina por razones más que obvias. Se recuerda con sana satisfacción que grandes e ingentes esfuerzos institucionales y administrativos tuvieron que hacerse, por lustros antes de 1992, para la creación de la Facultad de Medicina en la UPTC con orientación predominante hacia la medicina comunitaria preventiva, como estrategia determinante de salud pública y de indudable bienestar general de la población. No se sabe con certeza qué tanta prioridad se ha dado a la citada orientación y si la UPTC por su carácter de pública haya privilegiado y desarrollado intensamente esa orientación; este sería un aspecto a establecer y a redefinir si fuere del caso; como debiera hacerse también, como corresponda, con los demás programas académicos que allí se imparten y que deben diferenciarse cualitativa y competitivamente de los de otras instituciones de su nivel en el país, o equipararse con las mejores de su rango en los procesos investigativos, docencia y servicio social.
Los resultados de la función pública de la UPTC deben ser traducidos periódicamente a indicadores de mejoramiento integral de la calidad de vida general en Boyacá y su zona geográfica de influencia, y dados a conocer con absoluta transparencia, oportunidad y máxima cobertura ante la opinión pública.
Muchos estudiosos han afirmado con relativa razón que la universidad es el reflejo de la sociedad; es decir que la compleja problemática exterior al campus universitario se reproduce tal cual en éste y en verdad que sí se reproduce inercialmente si nada se hace institucionalmente en contrario. Alguien se ha atrevido a plantear que más bien la sociedad debiera ser el reflejo de una universidad rigurosamente científica y útil al interés colectivo; tarea ésta que sería del resorte peculiar de la universidad pública por ser de su exclusivo y comprometedor talante. Con esto quiere significarse que la universidad ha de ser la matriz generadora e incuestionable del liderazgo estratégico para el cambio hacia el bienestar de todos. Así, la gestión productiva de la inteligencia y el conocimiento sería el más valioso y rentable insumo para el cambio estructural hacia el bienestar social.
El país político no puede equivocarse más, al considerar que la universidad pública es u n ”vulgar y pesado rubro presupuestal” y nada más; pero, a su turno, la universidad pública seria no puede equivocarse con la sociedad de la cual viene y recibe todo, y de la cual hace parte para transformarla y convertirla en realidad sostenida de progreso y bienestar, mediante las herramientas propias y únicas viables que son las que provee el método científico; otros métodos, tácticas o componendas en uso son desfiguraciones de la misión de la universidad y constituyen pérdida irrecuperable de tiempo y oportunidades. En la universidad cada quien debe hacer y de manera óptima lo que en ética universitaria y según los estatutos debe hacer; esto puede ser la real institucionalización de la UPTC para el funcionamiento sistémico y productivo que ha esperado y espera, siempre y muy ansiosamente, la sociedad que la sostiene con sus impuestos y demás sacrificios de oportunidad.
Qué bueno sería que cada cátedra pudiera comenzar diariamente con una breve pero seria reflexión sobre el tipo de sociedad que tenemos y con la precisión consensuada sobre la sociedad que estamos construyendo desde la UPTC, o sea del TIPO DE SOCIEDAD JUSTA Y PRODUCTIVA QUE SE NECESITA Y QUE QUEREMOS; ésta tarea estructural debe asumirse con la plenitud del rigor científico. Sólo así tiene sentido y orientación precisa el enorme esfuerzo social que implica sostener, a toda costa, la vigencia permanente de nuestra universidad pública.
Nuestra Universidad no puede dedicarse sólo a resolver problemas de rutina presupuestal, político partidista o grupistas; ella ha facilitado la preparación intensa y costosa de muchas personas, que deben tener la capacidad y la voluntad irrenunciable para comprometerse con los grandes desafíos del UPTC para lograr conocimiento y avance científico y tecnológico propios para ponerlos, rigurosa y prioritariamente, en la búsqueda del tan esperado desarrollo social en Boyacá.
Boyacá espera que la legal designación del nuevo Rector permita continuar, con máxima seriedad y premura, la carrera institucional hacia la excelencia en la investigación científica y en la docencia; ésta, ha de ser la estrategia más calificada, altiva, pertinente y persistente de defensa inercial de la Universidad pública.
A los ciudadanos del común, que con nuestros impuestos y sacrificios colectivos apalancamos la Universidad pública, nos interesa al máximo ejercer vigilancia y controles útiles con respecto a qué deben hacer y que hacen el Rector y toda la comunidad universitaria en desarrollo de su inequívoca, comprometedora y muy vigilada responsabilidad social.
Se percibe, finalmente, que siendo acertada la elección del nuevo Rector de la UPTC, a éste destacado profesional debe brindársele el respaldo generoso y objetivo de todos para que la institución pueda seguir avanzando, cada vez más cualificada y aceleradamente, en la función social específica, propia y exclusiva del ALMA MATER BOYACENSE.
Desde el pasado 1 de Enero de 2011, el Dr. Gustavo Álvarez ha comenzado a desempeñar sus complejas funciones como Rector de la UPTC. Nuestro Centro de Pesamiento para el Desarrollo en Boyacá CGB - GRANBOYACÁ le desea muchos éxitos al frente de tan alta y superior dirección que se extiende durante el perìodo 2011 -2014.
Hugo Arias Castellanos
Ex Rector y exalumno de la UPTC
La elección del nuevo Rector estuvo antecedida de una reglamentaria campaña en la cual participaron en sendas consultas internas los diferentes estamentos universitarios: docentes, estudiantes, administrativos y trabajadores.
Las consultas estamentarias dieron como resultado la escogencia de cuatro candidatos (dentro de una gama más numerosa de aspirantes); todos los escogidos son docentes reconocidos en la misma universidad, a saber: Gustavo Álvarez (médico) , Óscar Ramírez (ingeniero civil), Gabriel Patarroyo (licenciado en matemáticas y física) y Javier Guerrero (licenciado en ciencias sociales), todos con títulos o estudios de posgrado pertinentes a su profesión básica y, unos más que otros, con demostrada y confiable experiencia administrativa y académica (en investigación científica y docencia).
Ellos, se presentaron ante el Consejo Superior Universitario después del rutinario proceso de presentación de las respectivas propuestas programáticas que conforme a la Misión Corporativa del Universidad darían orientación estricta y comprometerían, respectivamente a quien fuere elegido finalmente, en el ejercicio estatutario de sus funciones y responsabilidades universitarias durante el periodo 2010 - 2014.
Conforme a percepciones objetivas y desprevenidas se colige que, en general, las propuestas programáticas fueron serias y consistentes con los intereses y expectativas de la comunidad universitaria. Es decir que las citadas campañas fueron democráticamente edificantes como debe corresponder siempre al talante de la Universidad Pública que en esto deben diferenciarse, y muy acentuadamente, de las tantas y tan costosas y gravosas campañas que se cumplen en el régimen electoral colombiano en las rutinas partidistas. Tales diferencias son obvias por las razones implícitas en el método científico peculiar y determinante de todo ejercicio universitario.
La Misión de la universidad debe trascender su ámbito interno para incursionar, de manera sistémica, en la transformación constructiva de la sociedad que la alberga y sostiene con ingentes sacrificios y enormes costos sociales y económicos. Por esto, la elección de Rector habrá tenido, seguramente, en cuenta la garantía del beneficio social que la universidad pública debe dar a la sociedad, mucho más en la práctica que en la simple y reglamentaria teoría en la cual, tantas veces, se han desgastado grandes esfuerzos y tiempos preciosos con muy lentos y discutibles resultados, en términos del beneficio estructural que espera la población boyacense.
Se percibe, objetiva y desinteresadamente, que en la búsqueda de mayor pertinencia institucional con Boyacá, especialmente, la elección del nuevo rector ha sido acertada. La UPTC debe ahora seguir buscando la excelencia docente e investigativa en todos sus programas y en especial en el de Medicina por razones más que obvias. Se recuerda con sana satisfacción que grandes e ingentes esfuerzos institucionales y administrativos tuvieron que hacerse, por lustros antes de 1992, para la creación de la Facultad de Medicina en la UPTC con orientación predominante hacia la medicina comunitaria preventiva, como estrategia determinante de salud pública y de indudable bienestar general de la población. No se sabe con certeza qué tanta prioridad se ha dado a la citada orientación y si la UPTC por su carácter de pública haya privilegiado y desarrollado intensamente esa orientación; este sería un aspecto a establecer y a redefinir si fuere del caso; como debiera hacerse también, como corresponda, con los demás programas académicos que allí se imparten y que deben diferenciarse cualitativa y competitivamente de los de otras instituciones de su nivel en el país, o equipararse con las mejores de su rango en los procesos investigativos, docencia y servicio social.
Los resultados de la función pública de la UPTC deben ser traducidos periódicamente a indicadores de mejoramiento integral de la calidad de vida general en Boyacá y su zona geográfica de influencia, y dados a conocer con absoluta transparencia, oportunidad y máxima cobertura ante la opinión pública.
Muchos estudiosos han afirmado con relativa razón que la universidad es el reflejo de la sociedad; es decir que la compleja problemática exterior al campus universitario se reproduce tal cual en éste y en verdad que sí se reproduce inercialmente si nada se hace institucionalmente en contrario. Alguien se ha atrevido a plantear que más bien la sociedad debiera ser el reflejo de una universidad rigurosamente científica y útil al interés colectivo; tarea ésta que sería del resorte peculiar de la universidad pública por ser de su exclusivo y comprometedor talante. Con esto quiere significarse que la universidad ha de ser la matriz generadora e incuestionable del liderazgo estratégico para el cambio hacia el bienestar de todos. Así, la gestión productiva de la inteligencia y el conocimiento sería el más valioso y rentable insumo para el cambio estructural hacia el bienestar social.
El país político no puede equivocarse más, al considerar que la universidad pública es u n ”vulgar y pesado rubro presupuestal” y nada más; pero, a su turno, la universidad pública seria no puede equivocarse con la sociedad de la cual viene y recibe todo, y de la cual hace parte para transformarla y convertirla en realidad sostenida de progreso y bienestar, mediante las herramientas propias y únicas viables que son las que provee el método científico; otros métodos, tácticas o componendas en uso son desfiguraciones de la misión de la universidad y constituyen pérdida irrecuperable de tiempo y oportunidades. En la universidad cada quien debe hacer y de manera óptima lo que en ética universitaria y según los estatutos debe hacer; esto puede ser la real institucionalización de la UPTC para el funcionamiento sistémico y productivo que ha esperado y espera, siempre y muy ansiosamente, la sociedad que la sostiene con sus impuestos y demás sacrificios de oportunidad.
Qué bueno sería que cada cátedra pudiera comenzar diariamente con una breve pero seria reflexión sobre el tipo de sociedad que tenemos y con la precisión consensuada sobre la sociedad que estamos construyendo desde la UPTC, o sea del TIPO DE SOCIEDAD JUSTA Y PRODUCTIVA QUE SE NECESITA Y QUE QUEREMOS; ésta tarea estructural debe asumirse con la plenitud del rigor científico. Sólo así tiene sentido y orientación precisa el enorme esfuerzo social que implica sostener, a toda costa, la vigencia permanente de nuestra universidad pública.
Nuestra Universidad no puede dedicarse sólo a resolver problemas de rutina presupuestal, político partidista o grupistas; ella ha facilitado la preparación intensa y costosa de muchas personas, que deben tener la capacidad y la voluntad irrenunciable para comprometerse con los grandes desafíos del UPTC para lograr conocimiento y avance científico y tecnológico propios para ponerlos, rigurosa y prioritariamente, en la búsqueda del tan esperado desarrollo social en Boyacá.
Boyacá espera que la legal designación del nuevo Rector permita continuar, con máxima seriedad y premura, la carrera institucional hacia la excelencia en la investigación científica y en la docencia; ésta, ha de ser la estrategia más calificada, altiva, pertinente y persistente de defensa inercial de la Universidad pública.
A los ciudadanos del común, que con nuestros impuestos y sacrificios colectivos apalancamos la Universidad pública, nos interesa al máximo ejercer vigilancia y controles útiles con respecto a qué deben hacer y que hacen el Rector y toda la comunidad universitaria en desarrollo de su inequívoca, comprometedora y muy vigilada responsabilidad social.
Se percibe, finalmente, que siendo acertada la elección del nuevo Rector de la UPTC, a éste destacado profesional debe brindársele el respaldo generoso y objetivo de todos para que la institución pueda seguir avanzando, cada vez más cualificada y aceleradamente, en la función social específica, propia y exclusiva del ALMA MATER BOYACENSE.
Desde el pasado 1 de Enero de 2011, el Dr. Gustavo Álvarez ha comenzado a desempeñar sus complejas funciones como Rector de la UPTC. Nuestro Centro de Pesamiento para el Desarrollo en Boyacá CGB - GRANBOYACÁ le desea muchos éxitos al frente de tan alta y superior dirección que se extiende durante el perìodo 2011 -2014.
Hugo Arias Castellanos
Ex Rector y exalumno de la UPTC
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