Ing. Carlos Yezid Morales G. (*)
Se denomina conductor (ó chofer) []a toda persona que reuniendo los requisitos legales necesarios, está en disposición de conducir o manejar un vehículo a motor.
Todo conductor, para poder actuar como tal debe estar en posesión legal de la ‘Licencia de Conducción”, documento que acredita a su poseedor con una autorización administrativa para conducir vehículos por la vía pública.
EL DIFICIL ARTE DE APRENDER A MANEJAR (1).
Todo aprendizaje implica un cambio, relativamente permanente, en las formas de comportamiento que tiene lugar como resultado de la experiencia. Esta definición implica que sólo se puede afirmar que hay aprendizaje sí una persona muestra diferentes comportamientos, por ejemplo cuando un individuo es capaz de demostrar su conocimiento de nuevos hechos o de hacer algo que no era apto para hacer antes. Es por ello que el buen conductor se encuentra estrechamente unido a la experiencia en la conducción diaria, pues al interactuar con el entorno vial, el individuo adquiere conocimiento por medio del hábito. También está enlazado al desarrollo humano, afectando los cambios físicos y psicológicos, de personalidad, como los tienen los adolescentes, franja de un potencial riesgo. Asimismo, algunos cambios de largo plazo en el comportamiento son resultado de la edad y el desarrollo, como se dan en la conducción de personas de más de 60 años.
Todos las personas atravesamos un proceso de adquisición de conocimiento, en todos los aspectos, y la conducción es uno de ellos.
El proceso fundamental del aprendizaje es la imitación, es decir la repetición de un proceso observado. La imitación toma su tiempo (atención al detalle, mecanismos que tenemos que desarrollar en la conducción), espacio (un sitio para aprender, esto hablaría del habitáculo del vehículo) y habilidades (o práctica, se encuentra estrechamente relacionado con el individuo en la situación de este tipo de aprendizaje).
El aprendizaje de una actividad tan compleja, como la conducción, es importante que se realice de manera profesional, para de este modo no arrastrar vicios. Por ello es conveniente revalorizar las escuelas de manejo como ámbito en las cuales prevalezca la enseñanza. Es importante no creerlas como un simple paso para la obtención de la Licencia de Conducción, que es lo que habitualmente la mayoría de las personas piensa, pues de esta manera nos aseguraremos que los conocimientos y hábitos sean significativos y que este individuo tenga un modelo de conducción.
La educación sistemática y formal es la adecuada para trasmitir una enseñanza defensiva, que evitará que en las vías ocurran numerosos accidentes de tránsito, tratando así que la tasa de siniestralidad descienda favorablemente.
Manejar un vehículo, por tanto, no es simplemente la acción de subirse a un auto y probar. La tarea de aprender, y de enseñar también, requiere de gran esfuerzo y responsabilidad.
Ser conductor es una prerrogativa no una concesión. Es un privilegio, no un derecho, que obtienen aquellos que demuestran estar aptos para asumir la responsable tarea de conducir un vehículo automotor. Para ganárselo Ud. tiene la obligación de conocer y aplicar las normas que regulan la circulación de vehículos.
CARACTERISTICAS DE LOS CONDUCTORES (2)
La conducción vehicular es una tarea compleja que impone múltiples exigencias al conductor. A su vez, los conductores disponen de variadas habilidades que no siempre son coincidentes. Están enfrentados a contínuos estímulos externos. Usualmente los conductores son capaces de distinguir cuales están relacionados con su actividad de conducción. De las pistas y observaciones que obtienen ellos pueden determinar qué acción se requiere para continuar manejando de forma segura. El juicio, basado en experiencias pasadas o en el aprendizaje, complementa la información disponible (por ejemplo, la presencia de una pelota rodando por la calle indica que un niño, que no es visto en ese momento, puede estar presente). Con base en eventos percibidos, análisis y juicios, varias acciones alternativas surgen en la mente del conductor ( parar?, ir despacio?, mirar a derecha e izquierda?, no actuar?). Una comparación de esas alternativas conduce a una decisión. Esta decisión es transferida dentro de un conjunto de “instrucciones” (i.e. retirar el pie del acelerador), lo cual a su vez involucra ciertos movimientos musculares. Hay una retroalimentación de las respuestas (i.e., el vehículo se desacelera ligeramente) que modificará el proceso de información de los conductores. El anterior complejo sistema mencionado es, a su vez, modificado por el estado psicológico de los conductores.
Percepción del conductor.
La percepción involucra impresiones visuales en muchas situaciones de manejo vehicular. El conductor ve la vía, otros vehículos, controles del tránsito, y obstáculos para conducir. La agudeza visual, que es la habilidad para distinguir detalles bajo un nivel de iluminación promedio, es más sensitiva en una zona configurada por un cono cuyo ángulo es de tres grados alrededor del centro de la retina. Una persona con una buena visión normal (20/20 de la carta Snellen) puede percibir un objeto que se ubique en un ángulo de visión de un minuto dentro de un cono de 10 grados. Al mismo tiempo, una persona con visión 20/40 de la carta Snellen podría no ser capaz de ver ese objeto a menos que esté ubicado a dos minutos del ángulo de visión.
Más allá del cono de visión nítida está el área de visión periférica, que es una zona donde el usuario de la vía puede percibir objetos pero sin claro detalle o color. En esta área que subtiende un ángulo de 120 a 160 grados para la mayoría de los conductores, cualquier movimiento o luz brillante puede alertar a los conductores, pero requiere que ellos muevan sus ojos o su cabeza para llevar los objetos dentro del cono de agudeza visual.
Existe un lapso que trascurre al mover y fijar el ojo sobre diferentes objetos. Conductores que han tenido sus ojos fijos en un objeto a la derecha de la vía, y luego mueven sus ojos hacia la izquierda para identificar otro objeto y retornan a ver el objeto inicial de la derecha requieren entre 0.5 y 1.3 segundos para completar esta tarea. En forma similar, un tiempo de 0.5 a 1.5 segundos se requiere para localizar e identificar con detalle un objeto a la distancia después de haber leído el velocímetro. Este tiempo se le conoce como tiempo de percepción.
El diseño y localización de señales y dispositivos de control de tránsito están influenciados por estos tres elementos: agudeza visual, visión periférica y tiempo de percepción. Un buen diseño vial reconoce la necesidad de colocar señales, barreras y demás facilidades para el tránsito donde los usuarios de las vías puedan verlas y comprenderlas sin necesitar mover sus cabezas.
La adaptabilidad a los cambios de luz es también un factor importante en la agudeza visual. Tanto los túneles, como la iluminación al borde la vía y las señales intermitentes son situaciones en las cuales el ojo humano puede ser sometido a rápidos y severos cambios en la iluminación. El ojo puede requerir varios segundos en adaptarse a sorpresivas disminuciones en el nivel de iluminación. Un menor tiempo es necesario para adaptarse a incrementos en la iluminación.
Reacción del Conductor.
El tiempo de percepción anteriormente mencionado corresponde exclusivamente a la percepción de objetos en el campo de visión del conductor. En adición a esta percepción, el conductor reacciona a estímulos que incluyen operaciones analíticas, juicios, comparaciones, correlaciones, decisiones, e integración. El tiempo total para todos esos elementos es llamado Tiempo de Percepción–Respuesta (PRT), anteriormente conocido como tiempo PIEV.
El tiempo total necesario para percibir y completar la reacción ante una señal o un peligro es la suma de los tiempos necesarios para la detección, reconocimiento, decisión y respuesta. El tiempo PRT puede variar entre pocos segundos (1 ó 2) para señales generales de advertencia y hasta 6 segundos o más para signos que requieren alto juicio por parte del conductor.
Efectos de la edad.
Todas la capacidades físico-motoras de los seres humanos se deterioran con la edad, Asi, por ejemplo, la agudeza visual disminuye cerca de 0.5% cada año después de los 30 años de edad y el tiempo PRT se incrementa 15% para edades comprendidas entre los 25 y 65 años de edad. Los conductores de la tercera edad también ven incrementadas sus dificultades por efectos del encandilamiento de otros vehículos y en la conducción nocturna.
ACCIDENTALIDAD DE LOS CONDUCTORES (3)
Estadísticamente la probabilidad más alta de sufrir más accidentes en la circulación vehicular se sitúa entre los 25 y 34 años de edad. Este aspecto no significa que los comprendidos en este tramo de edad sean los conductores de más riesgo. A este respecto, el grupo que con mayor frecuencia sufre los accidentes es el comprendido entre los 16 y 24 años, y en segundo término el de los mayores de 65 años.
En cuanto al sexo, los hombres registran mayor accidentalidad que las mujeres, y ello parece determinado por la mayor exposición al riesgo. Al analizar los colectivos de mayor contingencia, sin duda alguna, el primero de ellos son los denominados conductores jóvenes. Desafortunadamente los jóvenes en edades comprendidas entre los 15 y 24 años, son los más propicios a morir en accidente de tránsito, por su mayor necesidad de autoafirmación, excesiva sobrevaloración de su capacidad, conducta más exhibicionista en grupo, asunción de mayor nivel de riesgo en la conducción que otros grupos de edad.
Otros aspectos que contemplan determinados investigadores, y que explicarían el hecho de ser más proclive a la siniestralidad, se orientan hacia su actitud frente al tráfico, por cuanto los conductores jóvenes, por regla general, no ven la actividad de la conducción como peligrosa, tiene una menor percepción del riesgo, y tienen una excesiva confianza sobre sus posibilidades de controlar el vehículo en cualquier situación, a la vez que consideran que sólo ellos conducen correctamente mientras los demás lo hacen mal. La realidad es que tienen menos experiencia de la conducción, y éste es sin duda un factor esencial, ya que a mayor experiencia como conductor, mayor es la valoración del riesgo.
Otro de los grupos de conductores de más riesgo lo constituyen las personas mayores. A nadie se le puede escapar que la edad va deteriorando las facultades físicas de las personas, aunque los avances de la medicina, permitan alargar cada vez las expectativas de vida. Nuestras facultades van mermando, y no se tiene la misma capacidad visual o auditiva, por ejemplo, del mismo modo que las reacciones sean cada vez más lentas. Todo ésto complica la conducción y hace más peligrosa la circulación de las personas de la tercera edad.
Por ello los conductores de edad avanzada, deben evitar circular en los momentos más peligrosos del día como son el amanecer o el anochecer, y no hacerlo en situaciones de mala visibilidad, como pueden ser la niebla, lluvia intensa, en momentos de alta densidad de tráfico, o por la noche. En todo caso deben hacerlo a velocidad moderada, y guardando escrupulosamente las distancias de seguridad.
CLASIFICACION DE LOS CONDUCTORES SEGUN EL COMPORTAMIENTO (4)
En cuanto a la conducta, es posible clasificar los conductores en función de su actitud frente al volante.
Existen conductores irresponsables, que no cumplen las normas de circulación como por ejemplo los limites de velocidad, conducir después de haber ingerido alcohol, drogas, o fármacos; no utilizar los cinturones de seguridad ó llevar a los niños sin los sistemas de retención específicos o en el asiento delantero. Otros grupos son conformados por los autosuficientes y despreocupados que son conductores lentos que no dan paso ni preferencia de paso a vehículos rápidos, los descorteses quienes no indican debida y oportunamente los giros, detenciones o adelantamientos que van a realizar, ni hacen cambios de luces hacia los niveles medios durante la noche, los descuidados quienes circulan por carril inadecuado, no ceden el paso, no atienden a las señales, cierran el paso, dificultan maniobras, no hacen uso de espejos retrovisores y…. los torpes.
Una clasificación más formal comprende las siguientes categorías:
Agresivos: Estos automovilistas conducen a altas velocidades, se enfurecen por cualquier motivo, hacen carreras en las vías públicas, cambios bruscos en la velocidad ó adelantan sin mantener distancias mínimas de seguridad. Es uno de los factores por los cuales se producen más accidentes de tráfico. Indicadores muy comunes son el uso del pito o bocina, el hacer gestos obscenos y comentarios exagerados. Son los más irresponsables de todos.
Compulsivos: tienen la característica de siempre querer hacerse notar. Cuando alguien está en la cercanía de un semáforo esperando civilizadamente a que cambie a verde para continuar su viaje, tiene detrás a un conductor desesperado tocando la bocina.
Débiles: Son todos aquellos que, debido a su personalidad, son sumisos y obedientes.
Normales: Conducen tranquilos y se adaptan con facilidad a las condiciones y situaciones del camino.
Pasivos: Se destacan por evitar todo tipo de enfrentamientos. Son precavidos y es importante para ellos llegar lo más seguro posible, sin importar la distancia ni el tiempo del viaje.
Cada uno de ellos se caracteriza por una actitud concreta en su forma de conducir, que en cualquier caso, con excepción de los normales, perjudica la conducción de los demás, y puede ser causa directa del accidente "como lo demuestra la mayor parte de los estudios sobre accidentes de tránsito, el factor humano en la conducción de vehículos es el principal explicativo de la siniestralidad, es posible deducir que en la mayor parte de los accidentes hay una actuación humana errónea por parte del conductor", según lo afirma el Profesor Luis Montoro(5)
FACTORES QUE AFECTAN A LOS CONDUCTORES (6)
Son muchos los factores que pueden incidir en el conductor y que pueden ser causantes de un accidente. Suelen dividirse en dos grandes grupos: físicos y psicológicos. Entre los primeros cabe destacar el sueño y la fatiga.
El sueño
Según numerosos estudios llevados a cabo, el sueño se encuentra entre las cinco primeras causas de los accidentes con víctimas. Dormir es una de las necesidades primarias más importantes que tiene el ser humano. Si se duerme poco o no se duerme lo suficiente, el organismo reacciona con toda una serie de desajustes, muchos de los cuales son altamente peligrosos para el conductor.
La acumulación de horas de vigilia afecta negativamente la capacidad de reacción y dificulta el mantenerse atento a la conducción. Los efectos inmediatos son una disminución de los reflejos, los músculos se relajan, llegando incluso a veces a producirse leves temblores en las manos y en las piernas. Otro de los efectos de la falta de sueño es la disminución de la agudeza visual, provocando una visión borrosa y potencia una mayor fatiga y cansancio ocular.
Por eso los expertos recomiendan que antes de iniciar un viaje, el conductor descanse adecuadamente, y durante el viaje realice paradas frecuentes como máximo cada dos horas, y realice ejercicios de estiramiento de piernas y brazos.
La fatiga
La fatiga tiene una estrecha relación con el sueño. Algunos investigadores consideran que más de 40% de los accidentes están estrechamente relacionados con la fatiga. La fatiga puede estar motivada por una intensa actividad física, o una mezcla de actividad física e intelectual. Pero también puede ser una fatiga mental, como consecuencia de una fuerte tensión emocional o de trabajo intelectual intenso.
Se puede observar torpeza, cierta dificultad para mantener y concentrar la atención, menor número de correcciones de dirección, aumento en el tiempo de reacción de las respuestas, etc... Pero también la fatiga produce síntomas como el aburrimiento, la ansiedad, la inestabilidad, una mayor aceptación del riesgo, y sentimientos de agresividad. Todos estos síntomas aumentan progresivamente en frecuencia e intensidad conforme el conductor se aproxima a su destino.
Factores Psicológicos
La personalidad de un individuo es un aspecto determinante de la conducta de la conducción. Tras un estudio, se llegó a la conclusión de que los factores que más influyen en los accidentes de tráfico suelen ser de tipo temperamental y de carácter; y que el mayor número de accidentados suelen manifestar cierta inmadurez de su personalidad, de su humor, actitud de riesgo, osadía, comportamiento arbitrario y descontento en alguna faceta de su vida familiar, laboral o personal.
Las enfermedades psíquicas tienen cada vez más auge en nuestra sociedad, sin distinción alguna, por lo que se están convirtiendo en una auténtica epidemia. El estrés y la depresión afectan cada vez más a la población y sin lugar a duda son enfermedades que tienen su incidencia en aquellos que son conductores.
La práctica de la conducción requiere una gran concentración, algo que se olvida con frecuencia, y este tipo de enfermedades disminuye considerablemente la capacidad del conductor para concentrarse en los estímulos externos imprescindibles para una conducción segura.
Otra de las enfermedades anteriormente descritas es el estrés, que se caracteriza por un estado psicobiológico con efectos positivos y negativos, que se produce generalmente cuando el individuo se encuentra inmerso en una situación de sobreexigencia física o psíquica.
El ritmo de vida acelerado, la sobrecarga de trabajo, problemas de inseguridad o frustración profesional, la excesiva estimulación ambiental, marcarse metas excesivamente elevadas, trabajar en un ambiente excesivamente competitivo, son alguna de las situaciones que pueden dar lugar a la aparición de estrés.
DISTRACCION EN LA CONDUCCION (7)
Conducir implica atender simultáneamente una variedad de tareas como son el control de la marcha, la dirección y mandos del vehículo, los indicadores, la vigilancia de las señales, las maniobras de los demás conductores, entre otros.
Son muchos los agentes externos que pueden motivar las distracciones: señalización incorrecta, excesiva concentración de señales o mantener conductas interferentes (encender un cigarrillo, la radio ó atender al teléfono móvil).
También hay factores internos que pueden conducir a la distracción y provocar una clara situación de riesgo, por ejemplo, buscar una calle o una dirección específica.
Entre el 80 y el 90% de los accidentes se encuentra implicado el factor humano como elemento fundamental. De este porcentaje hay tres fallos humanos que reúnen el 60%: Alcohol, velocidad y distracciones.
Agentes humanos que provocan distracciones
La personalidad: Las personas extravertidas suelen tener mayores dificultades para mantener la atención y son más propensas a las distracciones.
Fatiga, depresión, estrés, ansiedad, sueño...provocan falta de atención y riesgo en la conducción.
Poner un cd, encender un cigarrillo, buscar algo en la guantera o ajustarse el cinturón con el vehículo en marcha también provocan distracción en la conducción.
Circular bajo los efectos de alcohol, fármacos o sustancias sicotrópicas.
Tener una edad avanzada.
Factores externos que provocan distracciones
La señalización incorrecta, que además potencia la aparición de fatiga.
Las conductas interferentes, es decir, prestar atención al paisaje a alguna publicidad...
Buscar información ajena a la conducción como un hotel o un restaurante.
El grado de luminosidad (especialmente a la entrada y salida de túneles o por la noche)
Confianza en una carretera o ruta conocida hace que se reduzca la alerta sensorial.
La localización del estímulo respecto al conductor.
La temperatura en el interior del habitáculo.
CONDUCCION URBANA (8)
El tránsito diario produce aumento de estrés y de agresividad, alteraciones en la atención, fatiga, cansancio, entumecimiento muscular, desadaptaciones fisiológicas, intento de recuperar el tiempo perdido con conductas arriesgadas.
Conducir en horas pico o circular por calles congestionadas, implica una carga de tensión y estrés bastante habitual en las grandes ciudades, a lo que hay que añadir agravantes como la contaminación o el ruido.
La violencia es uno de los rasgos típicos de la conducción urbana. La proximidad entre los vehículos, cuyas maniobras se consideran no pocas veces como amenazantes, son el germen de muchos conflictos de tráfico.
Para evitar todas estas tensiones es recomendable evitar los signos externos estresantes, procurar distraerse con música, mantener un buen ambiente en el carro y en la medida de lo posible mantener una charla distendida con el acompañante. Si puede, procure llevar ropa cómoda.
Circulación en núcleos urbanos
A pesar que pueda parecer que en el interior de las poblaciones el riesgo de accidentes graves disminuye, una buena parte de accidentes mortales se producen en estas vías, principalmente los atropellos. La velocidad máxima permitida que en muchas ocasiones puede parecer exageradamente lenta, provoca que un atropello pueda ser mortal.
Como se describió en artículo anterior (http://observatoriosegvial.blogspot.com/2011/06/buen-peaton-proteccion-la-vida.html), no todos los peatones cumplen las normas de circulación. En el momento menos esperado puede cruzar un peatón y si el conductor no está totalmente concentrado en la conducción, el atropello es inminente.
Se ha de tener en cuenta que, a velocidad de 50km/hora en un segundo se recorren casi 14 metros, y cambiar la frecuencia de la radio o encender un cigarrillo, aparta la mirada de la calzada durante el tiempo suficiente para recorrer gran cantidad de metros a ciegas.
La atención es fundamental, si bien una colisión entre automóviles no suele tener mas consecuencias que unas abolladuras, un atropello o colisión con motocicletas o bicicletas si que reviste gravedad.
Los semáforos
Los semáforos deben de ser respetados siempre, pues por ser autoridad muda, destinada a dar la alternabilidad de paso, merecen tanto respeto como la autoridad de carne y hueso. A propósito, es necesario enfatizar que la fase amarilla o ámbar del semáforo no significa "acelerar" sino precaución y tiempo para despejar la intersección.
Los cruces de calles
Si las dos calles que se cruzan tienen un único carril de circulación, no existe mayor problema en respetar las preferencias de paso que indique la señalización de la intersección.
Si en la intersección no existe semáforo, ni señalización vertical ni demarcación la preferencia no la tiene el que viene más rápido, sino el que tiene la derecha libre. Es la ”regla de la mano derecha”. De todos modos, aunque se sepa que se tiene preferencia, es conveniente reducir la velocidad para verificar que no se aproxima otro vehículo con conductor despistado. De esta manera minimizamos el riesgo de colisión.
Glorietas, redomas o rotondas.
Aunque el nombre y la norma varía de un país a otro, por lo general tiene el derecho de vía el vehículo que ya se encuentra circulando dentro de la glorieta. Quienes se aproximan a los accesos deben reducir velocidad y verificar visualmente que no haya vehículos dentro de ella. Si los hay, quien se aproxime debe ceder el paso.
Especial atención debe tenerse con las motocicletas y bicicletas, pues en las glorietas es donde más se acentúan los puntos ciegos (aquellos de las proximidades del vehículo que el conductor no puede ver ni directamente ni a través de los espejos).
CONDUCCION AMBIENTALISTA (9)
Si en su condición de conductor le preocupa la ecología y la contaminación ambiental, si quiere ahorrar dinero en combustible y mantener verde el planeta... ahora tiene muchas oportunidades de realizar una campaña ambientalista. No hace falta disminuir la velocidad, basta con aplicar una serie de técnicas en la conducción.
Una utilización correcta del automóvil es fundamental para conseguir un notable incremento de la calidad ambiental. He aquí algunos consejos: - Aire acondicionado: El uso de aire acondicionado aumenta el consumo de combustible, por lo que no conviene abusar del mismo.
- Entonación o puesta a punto: Una correcta puesta a punto del motor puede hacer que el carro consuma hasta un 10% menos de combustible.
- Neumáticos: Controle periódicamente la presión de los mismos y vigile posibles desgastes anormales.
- No arroje colillas, papeles u otros objetos a la vía, ya que aunque está prohibido, puede poner en peligro la seguridad de otros automovilistas.
- Nunca pise el acelerador al arrancar el vehículo. Simplemente hay que dar al encendido y si el carro es de gasolina podemos emprender la marcha. Si por el contrario, es diésel, es conveniente dejar al ralentí unos segundos el vehículo.
- Recuerde que la primera marcha funciona como un trámite entre el vehículo parado y la marcha, por lo que, utilízala lo menos posible.
- Las revoluciones adecuadas para cambiar de marcha son entre 2.000 y 2.500 para vehículos gasolina y 2.000 en los diésel. Conseguirá, con estos cambios rápidos de marcha, un consumo reducido.
- Si necesita reducir la marcha, retráselo lo máximo posible. Sin pisar el acelerador y a más de 20 km/h y con cualquier marcha engranada, nuestro consumo será 0,0: un récord para nuestro bolsillo y para el medio ambiente.
- Circular con marchas más largas, y a bajas revoluciones produce un consumo mínimo.
- Hay que mirar lejos y estar atento a la carretera. Esto hace que nos podamos anticipar a los acontecimientos y evitar una conducción brusca y agresiva, con la que consumimos más combustible.
Beneficios de la conducción ambientalista o ECO-Conducción
- Ahorro medio de combustibles: 15%.
- Disminución global de la contaminación ambiental.
- Reducción del 15% de las emisiones de CO2 a la atmósfera.
- Disminución de la contaminación acústica.
- Aumento del confort en el vehículo.
- Disminución del riesgo de accidentes.
- Reducción del estrés del conductor.
- Ahorro en costos de mantenimiento del vehículo; sistemas de frenado, embrague, caja de cambio y motor.
DECENIO DE ACCION PARA LA SEGURIDAD VIAL
La ONU ha establecido el período 2011-2021 como la década para que todos los países miembros de la Organización de Naciones Unidas realicen acciones tendentes a incrementar la seguridad de los desplazamientos de peatones y vehículos en calles y carreteras y por ende, minimicen la accidentabilidad y reduzcan las cifras de muertos y lesionados en las vías públicas. Será el primer Decenio de Acción para la Seguridad Vial Mundial. Ya los gobiernos empiezan a ponerse en acción, a coordinar planes y proyectos dirigidos en esta dirección. No habrá duda que al final de la década se tendrán avances significativos. En esto el compromiso es de todos. Atención Conductores y Peatones : No habrá excepciones.
A MANERA DE CONCLUSION (10).
No permitas que:
En el comportamiento en las vías predomine la emoción sobre la razón.
En la vía, las normas sean para los otros.
En la vía, el vivo viva del bobo.
Siempre ten presente que:
En la vía. ser conductor, es una prerrogativa, no una concesión
En la vía, ser conductor es un privilegio, no un derecho.
En la vía, la responsabilidad es de todos.
En la vía, respeto a los peatones.
En la vía, respeto a la vida.
En la vía, nuestra vida!
(*) Ingeniero en Transportes y Vías, Ingeniero Civil, Gerente de Proyectos, M Sc. (Universidad Nacional de Colombia), PhD © (U. Politécnica de Madrid (España)), Capacitador Internacional sobre Formulación y Evaluación de Proyectos de Interés Social con metodología BID y de la Banca Multinacional. Investigador sobre Temas de Seguridad Vial. Analista, Asesor y Consultor del Observatorio Boyacense de Movilidad y Seguridad Vial - SEGVIAL BOYACÁ. Email: Cymoralesg@gmail.com
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
(1) http://www.cesvi.com.ar/revistas/r70/manejar.pdf
(2) Carter, Everett C. and Homburger, Wolfgang.” Introduction to Transportation Engineering”, Institute of Transportation Engineers. Reston Publishing Company,Inc. Reston. Virginia, 1978
(5) Montoro ,Luis. Catedrático de Seguridad Vial de la Universidad de Valencia, España y Director del Instituto Universitario de Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS)
(9) http://www.seguridad-vial.net/tipos_conducción ecologica.asp
(10) Corporación Fondo de Seguridad Vial. Primer Estudio de Comportamiento y Seguridad Vial”, Bogotá, Junio de 2010.
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