Por: Luis Felipe Machado Ramírez*
Los que recordamos la Semana
Internacional de la Cultura no podemos dejar de experimentar algún grado de
nostalgia al ver lo que hoy en día a mutado al Festival Internacional de la
Cultura - FIC.
Transcurría el mes de mayo de 1973
cuando el patricio tunjano Gustavo Mateus Cortés, en un gesto de filantropía y
mecenazgo por el arte y las letras en el departamento, fundó la Semana
Internacional de la Cultura, certamen en cuyo marco se apreció variedad de
expresiones estéticas de talla mundial.
Singular abanico de orquestas sinfónicas,
grupos de danza, ballet, teatro y exposiciones artísticas visitaron la ciudad
mostrando las más claras fibras del arte y el folklore. En su gran mayoría venían
acompañadas por la delegación diplomática de su correspondiente república quienes, en franca lid, competían amigablemente por lograr ser la mejor
demostración del encuentro.
Era notorio el talante que se respiraba
en un ambiente de gusto e interés por las bellas artes y la experimentación
cultural de muchas latitudes del mundo.Tal vez este era el marco central sobre
el cual pensó don Gustavo al fundar el evento; los ejes que mantendrían el
certamen serían las actividades y productos humanos cuya finalidad fuese la
estética como medio trasmisor de emociones o ideas tal como lo es el arte, mientras
que al mismo tiempo y como segundo pilar el desarrollo del gusto por estas
actividades, lo cual conlleva al concepto parcial de cultura.
Luego de diecisiete versiones la
Semana Internacional ya se hallaba dentro de los sucesos culturales de mayor
reputación en el hemisferio; era momento de evolucionar. Desde 1990 pasó a ser Festival
Internacional de la Cultura – FIC, cuestión que se tradujo en el incremento de
países invitados, días de duración y también de exposiciones, ciclos de cine,
danzas, teatro, etc. El respaldo tradicional de la ciudadanía tunjana fue
total, la ciudad culta de Colombia brillaba más que nunca mientras que a la vez
hospedaba a más de dos mil quinientos artistas del mundo entero.
Estos cambios produjeron sus
resultados durante los primeros quince años, momento en el cual por alguna
razón más política que cultural (pan y circo) el FIC tomó el rumbo de la
diversión bajo el espectáculo, que bien puede darse en un teatro al igual que
en cualquier evento circense, el show empezó a gobernar el ámbito que había
sido dado a la cultura.
Los coros líricos, el ballet, la
literatura, las exposiciones fotográficasy en general las bellas artes fueron
desplazadas a un lugar secundario por los grandes eventos musicales. Ahora los
conciertos de gran envergadura arribaron al estadio La Independencia dejando
vacíos los teatros, las galerías, los salones de conferencias y dinteles.
¿Acaso no sería mucho más incluyente
y edificante para la cultura ver muestras artísticas como la del Soto del
Parral - mi favorita - en pleno estadio? Es decir, si el espíritu del Festival
es la cultura, pues los espectáculos deberían ser presentados en el Aguinaldo Boyacense
dejando libre al FIC como espacio abierto para el arte y la ilustración. De
forma contraria, que tal introducir zarzuela al Aguinaldo Boyacense o a la
feria de Cali por ejemplo ¡qué jartera sería!
En la pasada edición número 40
del FIC ¿nos enteramos de los verdaderos eventos culturales del Festival? creo
que no muchos de nosotros.La razón fundamental es que andábamos muy pendientes
de los conciertos de Cheo Feliciano, Vicente Fernández y Juan Luis Guerra que a buena hora se
presentaron en la ciudad, estos dos últimos con localidades de hasta cinco,
seis y diez millones de pesos… ¿y la interacción social de la otrora Semana de
la Cultura dónde quedo?
De la Semana al Festival solo el
océano de la cultura les separa y de Mateus a Bautista, igual. Basta mirar la web oficial del FIC para
consultar los escenarios y ver que sólo están habilitados como tales la plaza
de Bolívar, el estadio y un sólo teatro, mientras que los demás enlaces como cines,
salas de conferencias, galerías y otros figuran en blanco.Ni hablar del emblemático
escenario cultural y casa de la extinta Sinfónica de Vientos de Boyacá, la
iglesia San Ignacio que por orden del Arzobispo fue reintegrada como parroquia.
¡En fin!
No me atrevo a pensar que Tunja
siendo el único Distrito Histórico y Cultural del país tenga un evento que en
el futuro pueda llamarse “FIC-Totalconciertos.com”, pero esa es la imagen que
ahora estamos brindando a Colombia y al mundo.
Recuerdo la canción “mi
generación” en la voz de Andrés Cepeda líder del grupo “Poligamia” que
justamente hizo su debut en este evento en la ciudad, “…yo tomaba choco-listo y escuchaba a Lucho Herrera coronarse campeón…”pues
bien; yo soy de la generación de la Semana de la Cultura, de la que no olvida
haber podido disfrutar, a módicos precios o gratuitamente, muestras artísticas
del calibre del Ballet Ruso y Valeriano Lanchas en el Teatro Maldonado, la
Orquesta Filarmónica de Venezuela en la Iglesia San Ignacio, la Zarzuela Luisa
Fernanda en la carpa de la cultura de la Plazoleta Muisca, Tango argentino en
el Teatro Cinema Boyacá; soy de la generación que supo apreciar la cultura con
la Semana Internacional, que creció aprendiendo el gusto por el arte con el Festival
y por tanto soy de la generación que prefiere la cultura por encima del show y
que no quiere que el Festival Internacional de la Cultura se convierta en la
octava verbena de Tunja.
*Periodista A.P.B., Abogado, con una maestrìa en
ciencia polìtica de la Universidad de Barcelona - España y actualmente
candidato a doctor en derecho y ciencias jurìdicas de la Universidad
Lomas de Zamora de Buenos Aires - Argentina. Cargos desmepeñados: Asesor de Despacho de la Alcaldia Mayor de Tunja,
Director Regional de Juriscoop Boyacà-Arauca, Delegado Cultural
para Europa de la Asociaciòn Nacional de Abogados y corresponsal de
prensa en Barcelona, Bruselas y Paris.Ex
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