Hugo Arias Castellanos
Ex rector de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y
Ex alcalde de Tunja
Librepensador y "candidato" a ser buen ciudadano
< ariascastellanoshugo@gmail.com >
Una sociedad nueva, se alcanzará, necesariamente, con un modelo nuevo de educación que involucre, de manera eficiente y sostenida, a todos los ciudadanos.
La sociedad de hoy fruto del modelo educativo
La Educación, si así puede llamarse (a juzgar por sus resultados sociales), que produjo el tipo de ciudadano de hoy, acusa tremendas fallas, y es en mucho, la causa de la actual descomposición social.
La dialéctica del insulto, la intimidación, la irresponsabilidad,
el afán por el lucro fácil, la corrupción, la injusticia, la mentira, el engaño,
la envidia y el egoísmo, no construyen sino destruyen; por eso, de ellos no
puede esperarse una sociedad mejor, sino un mayor desorden, un malestar social,
un aniquilamiento social.
No existe sistema educativo en el
país, sólo se ha hecho un esfuerzo por sostener una situación en condiciones
inferiores sin comprobar el logor de reales propósito ni objetivos sociales, con todos los vicios de
la desorganización política y social, vividos y reproducidos en las instituciones;
con más disfunciones que funciones reales y sin responsabilidades ni exigencias
sociales.
El preescolar, la primaria, el
bachillerato y la universidad no hablan lenguajes de interrelación; todos se
quejan de tener que remediar el nivel anterior, todos especulan y posan
soberbiamente de independientes (autónomos), aún entre elementos del mismo nivel. La mayor
tarea que cumplen es la de cantidades, de moldes, de memorización, de montones de datos, poco de análisis, poco de leer bien y menos de escribir bien; es
decir, poco de entender y menos de producir en términos de conocimiento y
ciencia. Y, casi nada se trata, de la formación del individuo como ciudadano útil socialmente,
como hijo, como hermano, como amigo, como humano, como civilizado, como miembro
de una sociedad que hoy no se comprende, porque nadie explica su realidad, ni
su dimensión, ni su importancia, ni la necesidad de organizarla adecuadamente
para el bien de todos.
De nada servirá el "esplendor" material si no se basa en los propósitos de mejorar la calidad humana general.
Las grandes obras llamadas civiles como las hidroeléctricas, los costosos viaductos, los hipercentros comerciales, las lujosas urbanizaciones, las fastuosas avenidas, los trenes metropolitanos, la infraestructura gigante para los servicios públicos; las más sofisticadas tecnologías de todos los órdenes, los audaces avances científicos, tendrán valor coyuntural y parcial mientras no se garantice la equidad social de sus beneficios; de poco servirán, si no existe la preparación rigurosa y la oportunidad real para su uso adecuado, generalizado y creciente.
¿Cómo podría ser una sociedad nueva?
Desde luego que distinta y mejor, que la que hoy tenemos. Seria trabajadora, honrada, humanizada, solidaria, pacífica, ideológicamente tolerante, progresista, respetable, respetada, optimista, alegre, equilibrada y justa; Capaz de utilizar la ciencia, la tecnología y la política para generar verdadero bienestar integral y creciente para todos los asociados.
Ese modelo de Sociedad, no aparecerá espontáneamente, menos como producto del caos social hoy predominante
Una política pública educativa debe garantizar un verdadero sistema educativo que responda a reales necesidades sociales, y que cumpla un serio y riguroso proceso enseñanza-aprendizaje, cultivador permanente de la personalidad y del carácter, es requisito fundamental para lograr una Sociedad Nueva, basada como se puede colegir, en una pedagogía capaz de producir el ciudadano nuevo, cargado de los valores humanos que practica, que siembra, que cuida, que cosecha y que mejora, para la supervivencia civilizada y útil de la sociedad que lo acepta y lo tolera.
Educar de verdad a los individuos de hoy y de mañana es la primera y más importante tarea o estrategia para desarrollar un modelo de Sociedad Nueva.
¿Quién asumirá en serio la tarea?
Con seguridad, usted amigo lector
está "predestinado" y preparado para ese enorme, exigente y urgente
servicio social. Se tiene la oportunidad más grande y hermosa; sólo se requiere
de voluntades gigantes para su aprovechamiento inmediato.
Lo importante no son los
problemas sino las conductas y las acciones coherentes y oportunas para solucionarlos para beneficio general.