Integración regional
POR HUGO ARIAS CASTELLANOS*
En términos espaciales a
Boyacá le correspondió un buen vecindario que podría facilitar una integración
a manera de región geopolítica, como sumatoria organizada y funcional de varios
departamentos, para adelantar acciones conjuntas, progresistas y sostenidas.
En edición anterior de GRAN
BOYACÁ se enunciaron los límites y coordenadas astronómicas de nuestro
departamento.
La vecindad con Venezuela y con los
departamentos de Cundinamarca, Meta, Casanare, Arauca, Antioquia, Caldas,
Santander y Norte de Santander debiera obligar a que las relaciones o vínculos
de Boyacá con todos ellos y de todos ellos con Boyacá, sean fluidas, muy
fuertes y, en especial, mutuamente provechosas. Las discrepancias o conflictos
limítrofes promovidos por intereses particulares no deben seguir aplazando o
negando las posibilidades de un esfuerzo conjunto y sostenido para lograr,
entre todos, una integración regional útil y productiva. Vale la pena
considerar algunas preguntas que merecen respuestas operativas serias, de parte
de alguien con responsabilidad política y social; por ejemplo (Dennis
Rondinelli,1988):
¿Cómo se distribuyen geográficamente las
funciones (servicios, facilidades, infraestructura, actividades socio-económicas)
entre asentamientos o comunidades?
¿Qué acceso físico tienen
los residentes de los asentamientos poblacionales y de las áreas rurales
circundantes a las funciones localizadas en los lugares centrales?
¿Con qué amplitud los
servicios y facilidades localizadas en los asentamientos de todas partes de la
región sirven sus áreas rurales circundantes?
¿Cómo mejorar la
distribución de funciones y de asentamientos, y cómo incrementar el acceso
físico de los residentes rurales?
Sobresale la necesidad de que,
por lo menos, la red vial primaria de responsabilidad de la Nación - que ha de
integrar funcional y competitivamente a estos departamentos - tenga
especificaciones técnicas modernas en capacidad vial, velocidad de diseño,
radios de curvatura adecuados, pendientes inferiores al 6%, sentidos de
circulación con separador central, superficie de rodamiento en las mejores y
permanentes condiciones, excelente señalización y controles eficientes de
tránsito; y además, garantía presupuestal para los programas de conservación
rutinaria, mantenimiento preventivo, mejoramiento, rehabilitación y
modernización. Esta podría ser una base física determinante para una real
integración regional.
Voluntad política Inter e
intra departamental, compromiso comunitario serio y acción consistente es lo
que se requiere, mucho más que nuevas leyes, buenas intenciones, protocolos,
convenios y demás figuras que han tratado o que tratan de reglamentar el cómo y el porqué de este aspecto tantas
veces citado pero débilmente desarrollado. Es tiempo de pensar seriamente sobre
este aspecto y es pertinente tener en cuenta que la iniciativa de la
integración regional debe hacerse realidad, bajo el liderazgo y trabajo de
quienes de verdad entiendan su importancia, utilidad y trascendencia. Esta es
política de verdad y de la buena.
*Ex rector de la UPTC
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