:Aprender es más importante que saber




 
E D I C I Ó N - N ° 1 1 2 - J U L I O - 2 0 1 5
   
 
 
Aprender es más importante que saber
Javier Martínez Aldanondo
Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria
jmartinez@catenaria.cl y javier.martinez@knoco.com Twitter: @javitomar
 

 

Stannis Baratheon: ¿Por qué la obsidiana iba a matar a un caminante?
Sam: No lo sé
….
Sam: Lo he visto alteza
Stannis Baratheon: ¿Qué has visto?
Sam: El ejercito de los muertos y cuando vengan…
Stannis Baratheon: Tenemos que saber cómo luchar contra ellos, sigue leyendo Samwell Tarly
Game Of Thrones (Temporada 5)

Indiscutiblemente, nuestra vida está organizada alrededor del saber. Nadie te contrata para un trabajo sin revisar tu curriculum y verificar lo que sabes (qué carrera y en qué universidad estudiaste). Todos los países han establecido 12 años de enseñanza obligatoria pero el colegio ha terminado imitando al concurso Quien quiere ser millonario al convertirse en una interminable sucesión de saberes (asignaturas) que todos los niños deben dominar, aunque inmediatamente olvidan casi todos esos conceptos. Para el sistema educativo, aprender no es prioritario ya que evalúa el resultado pero no el proceso. Nadie pregunta a un niño qué aprendió sino cómo le fue, qué nota sacó. Y la tendencia no hace más que acentuarse. La industria educativa nos bombardea con todo tipo de productos y nos tiene convencidos de que si no estudias al menos un Master, no tienes futuro laboral. Incluso socialmente, ser considerado una persona culta (haber leído libros y autores clásicos y saber muchas "cosas") sigue siendo muy valorado. Sin embargo, la hegemonía del saber comienza a tambalearse. El responsable de RRHH de Google reconoce que, para su empresa, el expediente académico no sirve de nada. El Media Lab del MIT (uno de los centros de investigación más prestigiosos del mundo) contrató como director a un experto sin título universitario. Steve Jobs en Apple o Amancio Ortega en Zara, demostraron cómo crear y liderar multinacionales sin estar respaldados por esos saberes intelectuales aparentemente imprescindibles.

 ¿Por qué podría ser más importante aprender que saber? La primera razón es obvia: solo sabes algo si antes lo aprendiste. No hay conocimiento sin aprendizaje previo. La segunda razón pasa más desapercibida: El conocimiento tiene fecha de caducidad. Tarde o temprano, lo que sabes va perdiendo vigencia. Recuerden los casos de Blackberry o Kodak. Ambas empresas disfrutaron de un saber (conocimiento) que les permitió liderar sus mercados ejerciendo un dominio aplastante. Sin embargo, las dos han desaparecido de la cúspide porque ese saber se estancó, no evolucionó y otros competidores con nuevos conocimientos más avanzados las sobrepasaron.
No hay duda de que saber es importante, sobre todo cuando eres el único que sabe y ese saber permanece inalterable. Pero dormirse en los laureles con lo que sabes puede ser letal. El refrán "Pan para hoy y hambre para mañana" lo ilustra a la perfección. Desde el momento en que el mundo cambia a velocidades vertiginosas, puedes estar seguro de que cada vez falta menos para que lo que sabes sea sustituido por otro conocimiento más innovador. En ese caso, la única alternativa posible es aprender.

¿Cómo diferenciar aprendizaje de conocimiento? En la película de Quentin Tarantino Kill Bill Volumen 2, la protagonista Uma Thurman llega a un monasterio dirigido por un legendario maestro de artes marciales. El monje le demuestra cómo atravesar una gruesa tabla de madera con un golpe de puño y le ordena severamente que practique hasta que lo consiga. La nueva pupila comienza a ejercitarse y durante el extenuante proceso, se rompe los nudillos, sangra y sufre enormemente. Más adelante en la película, la misma protagonista es enterrada viva en un ataúd de madera y cuando despierta, se da cuenta de que la única manera de salir con vida es rompiendo el ataúd a puñetazos (lo que hace mientras suena música de Morricone). Aprender es todo lo que haces antes de tener un problema y te exige motivación, sacrificio, constancia, tiempo y mucha práctica. Eso es justo lo que Uma hace desde que llega al monasterio para aprender a romper la madera con el puño. No hay teoría, solo práctica. Gestión del conocimiento es lo que haces cuando tienes el problema, que es lo que le ocurre cuando se encuentra sepultada. Si llegado el momento no tienes conocimiento, no puedes resolver el problema (sobrevivir) y en ese caso mueres. Pero claro, para tener conocimiento, anteriormente has tenido que dedicar un colosal esfuerzo a aprender ya que no hay conocimiento sin aprendizaje. El saber solo llega como consecuencia de aprender.

Cada vez que doy una conferencia, llevo un cubo Rubik y ofrezco un cheque de 1 millón de dólares a cualquier miembro de la audiencia que sea capaz de resolverlo. La inmensa mayoría reconoce que, por más que quieran ganar el premio, carecen del conocimiento para hacerlo. Los problemas no existen, lo que falta es conocimiento para solucionarlos. El campeón mundial de Rubik necesita apenas 5 segundos para resolver el cubo. Claro que para ello, ha dedicado un sinfín de horas a aprender, a practicar. Una vez que cuentas con el conocimiento, los problemas pasan a convertirse en tareas que solo te demandan tiempo. Cuando escribí La vida es una sucesión de cubos de Rubik, me refería a que aunque domines perfectamente un cubo, puedes estar seguro que pronto ese cubo te lo van a cambiar, se va a complejizar porque cambiará el mercado, la competencia, la tecnología, la legislación… y por tanto, lo que sabes ya no te servirá. La única manera de adaptarte y seguir vigente será aprendiendo cosas nuevas. Cambiar es sinónimo de aprender. Innovar significa aprender.

Aprender está íntimamente relacionado con el pasado porque es lo que tuviste que hacer para acumular saber. Pero también condiciona el futuro porque todo lo que hagas de ahora en adelante depende de tu capacidad para aprender. Aprender, al igual que comer o dormir, es algo que necesitarás hacer durante toda tu vida. El conocimiento, sin embargo, tiene que ver con el presente, es lo que te permite tomar decisiones y actuar, aquí y ahora. Si te proyectas a medio o largo plazo, para tus planes de futuro, aprender es más importante que saber.

Si aprender es tan importante, entonces resulta imprescindible saber cómo se aprende. Cada vez que pregunto cómo aprendemos, pasan 2 cosas curiosas: primero, los interrogados dudan mucho antes de responder, como si nunca se hubiesen hecho la pregunta. Y segundo, su respuesta reproduce fielmente el modelo adquirido en la escuela: Haces un curso dirigido por un profesor, te entregan los contenidos, estudias… Afortunadamente, también aquí las cosas están mejorando. Hace 2 semanas, pregunté a los participantes en un taller de innovación ¿cómo se aprende? y para mi sorpresa, y con toda naturalidad, respondieron "Haciendo".  Si el proceso de producción de conocimiento se llama aprendizaje, más vale que te conviertas en un experto en el arte de aprender porque tu vida depende de ello. Pero ojo, no confundamos aprender con estudiar. Aprender es el mejor ejercicio para el cerebro. La característica que nos hace más humanos es la habilidad de aprender. En EEUU, se habla ya del concepto de "Learning agility" (agilidad o flexibilidad para aprender) como la principal cualidad de un profesional del siglo XXI.

¿Por qué le damos mayor relevancia al saber que al aprendizaje? Muy simple: por pereza. Queremos disfrutar los beneficios del saber sin hacer el esfuerzo de aprender. Ansiamos el resultado pero no estamos tan dispuestos a realizar el sacrificio del proceso. Todo el mundo quiere tener un cuerpo perfecto pero muy pocos quieren moderarse con la comida o hacer ejercicio a diario. El saber te entrega estabilidad y seguridad. Cuando eres reconocido por lo que sabes, tienes pocos incentivos para aprender. Con el paso del tiempo, es inevitable acomodarse, perder el hambre de progresar y la emoción de descubrir cosas nuevas. Dado que aprendemos aquello que nos apasiona, la motivación emerge como un factor fundamental. Por eso mismo, un profesor tiene que estar enamorado de su rol porque de otra manera no puede entusiasmar a sus alumnos. Es necesaria una gran dosis de curiosidad, cansarse de lo que sabes y aburrirse de hacer siempre lo mismo para estar abiertos a innovar. Una persona con actitud siempre corre con ventaja: tiene voluntad de aprender y un enorme futuro mientras el resto tienen sobre todo pasado. El actor Will Smith confiesa "Siempre he considerado que tengo un talento promedio pero en lo que si destaco es en una obsesión enfermiza para la práctica y la preparación". Cuando alguien tiene capacidad de aprender, puede llegar a saber cualquier cosa. Pero si te quedas únicamente con lo que sabes y no sigues aprendiendo, bien porque no te interesa o porque no tienes la humildad de reconocer que no lo sabes todo, corres un riesgo mortal. La verdadera ignorancia no es la falta de conocimiento sino negarse a aprender. Si tienes que escoger, es más valiosa la capacidad de aprender (que genera nuevos saberes continuamente) que la de aferrarse a un solo saber y tratar de explotarlo.

Hace algunas décadas, en España se hizo muy famoso un anuncio en televisión impulsado por la industria del lujo cuyo eslogan era "Un diamante es para siempre". Desafortunadamente, nada es para siempre. Saber es fundamental pero aprender lo es mucho más porque no existe saber si no hay un proceso de aprendizaje anterior. Al ritmo al que cambia la sociedad, si dependes únicamente de lo que sabes, rápidamente te deprecias, pierdes vigencia y valor. El único remedio para evitar anquilosarte es aprender. Para el presente, el conocimiento es esencial. Para el futuro, aprender es la clave. El escritor Mario Benedetti lo expresó espléndidamente "Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas". No puedes dejar de aprender. La buena noticia, como plasma en un libro reciente el tío y entrenador de Rafael Nadal, es que todo se puede aprender. Va siendo hora de cambiar el "tanto sabes, tanto vales" por el "tanto aprendes, tanto vales". Por cierto, ¿ayer aprendiste algo?


 
 
 

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Por qué la tecnología va a ayudar a transformar la educación





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Por qué la tecnología va a ayudar a transformar la educación

Javier Martínez Aldanondo
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Ni contigo ni sin ti, tienen mis males remedio, contigo, porque me matas y sin ti, porque me muero (copla popular)
Aunque parezca un contrasentido, la tecnología por sí misma no va a arreglar la educación pero sin ella, no es posible solucionar el problema. Es evidente que añadir tecnología a un modelo que no funciona, no solo no lo mejora sino que lo empeora. Sin embargo, repensar la educación a partir de las posibilidades que brindan las TICs abre un escenario radicalmente distinto, además de esperanzador. El modelo educativo actual está limitado por las restricciones impuestas por las tecnologías imperantes en una época remota. Los libros, la pizarra y la tiza son tecnologías anticuadas que en su momento fueron innovadoras y que explican que todavía trabajemos con aulas, horarios, cursos, asignaturas o exámenes y aun necesitemos que alumnos y profesor coincidan en el mismo lugar y a la misma hora. Por fortuna, la situación está cambiando.
Últimamente, me he dedicado a recoger ejemplos de iniciativas que proponen un sistema educativo diferente, algo que muchos consideran una herejía:
¿Será casualidad que aparezcan tantas iniciativas que desafían el status quo? Desde hace ya tiempo, criticar el sistema educativo es el deporte de moda, liderado por los más pintorescos actores, tengan o no relación directa con la educación. Lamentablemente, los resultados de tan frenética actividad acusadora han sido casi nulos. Fíjense en el titular de uno de los principales periódicos en Chile: "Más del 74% de los futuros profesores sacó menos de 600 puntos en la PSU". ¿Ignorancia o maldad? La educación tiene problemas evidentes que no tienen nada que ver con lo que sostienen la prensa y los políticos. La aberración de evaluar un modelo educativo en función de los resultados de pruebas estandarizadas que se realizan a nivel nacional (SIMCE, PSU, Selectividad, SAT…) o internacional (PISA) es justamente lo que nos impide salir del agujero negro en que nos encontramos. Es muy simple culpar a los profesores por estar mal preparados o a los alumnos por no estudiar lo suficiente. Pero si la educación está fracasando es porque no es capaz de cumplir con la promesa de preparar a los jóvenes para el mundo en el que se tendrán que desempeñar. Reiteradamente, sostengo que los principales problemas de la educación son dos:
1. Qué enseñamos. Cada vez más personas reconocen que apenas existe relación entre lo que se enseña en el colegio y la universidad y lo que los jóvenes se encontrarán en su vida adulta ¿Es lógico insistir en que los niños y los profesores se esfuercen en estudiar y enseñar asignaturas y contenidos irrelevantes para la vida personal, laboral y social?
2. Cómo enseñamos. Existe consenso respecto de que aprendemos haciendo, cometiendo errores y reflexionando para corregirlos. ¿Es sensato seguir usando metodologías de aprendizaje obsoletas y que contradicen los objetivos del proceso educativo? ¿Por qué no enseñamos practicando en lugar de escuchando?
Discutir acerca del rol de las TICs en la educación no ha sido un ejercicio que se realizase públicamente sino más bien un asunto reservado a docentes y especialistas en la materia. Pero también este ámbito está cambiando. En la edición del mismo día, me topé, en el diario El País, con 2 artículos sobre educación y TICs: "La tecnología y la transformación de la escuela" firmado por el jefe de la división de políticas sectoriales, TIC y educación de la Unesco y "Siete razones por las que se debe encender el móvil en clase". Hace solo 5 años, algo así hubiese sido impensable. ¿Se estarán colocando las esperanzas de mejorar la educación sobre las anchas espaldas de la tecnología? Tendremos que estar muy atentos, ya que la siguiente trampa será exigir a las TIC la responsabilidad de resolver este entuerto. La paradoja es que esos problemas, a pesar de no ser causados por las TICs, difícilmente se pueden resolver sin tecnología. Por suerte, se dan varias condiciones que van a favorecer que la situación cambie de forma irreversible:
1. La necesidad de aprender no está en discusión, mientras sí lo está la forma en que hacemos que las personas aprendan. No hay nada más importante que aprender pero el error radica en cómo estamos enfrentando ese proceso, olvidándonos de la manera en que ocurre naturalmente. Las instituciones educativas han sido las más reticentes a la hora de innovar, lo que a estas alturas resulta insostenible. Si el mundo asistió atónito al impacto de internet en sectores como los medios de comunicación, los viajes, el entretenimiento o la música, ahora le ha llegado el turno a la educación. Igual que es inconcebible trabajar y vivir sin el apoyo de la tecnología, va a resultar imposible aprender sin tecnología. Hasta hace poco, las posibilidades de innovar en educación estaban condicionadas por las limitaciones físicas y geográficas antes mencionadas: la obligación de concurrir diariamente a una sala de clases cercana al lugar de residencia de alumnos y profesores. Hasta el desembarco de internet, las reglas en la educación parecían inmutables (profesores que enseñan asignaturas, alumnos que estudian y hacen tests) pero las TIC se han convertido en un elemento que lo va a trastocar todo. Todos sabemos que la educación no tiene lugar únicamente en un aula. Para los que llevamos tiempo con esta cruzada, a comienzos de este mileno y en plena eclosión de internet, el escenario no era tan auspicioso y la resistencia de muchos estamentos a la tecnología era frontal. Quienes antes se oponían tajantemente, hoy preguntan ¿cómo puedo integrar las TIC en mi sala de clase? Isaac Asimov afirmaba "No tengo miedo de los computadores, tengo miedo de la falta de computadores".
2. El computador tiene el potencial para alterar la naturaleza de la educación, modificando Qué se enseña y Cómo. Tras 8 siglos de monopolio, el libro está siendo desafiado por las pantallas. Jostein Gaarder, autor de "El mundo de Sofía" declaraba que no necesitamos libros pero sí las historias ya que lo relevante es el contenido y no el contenedor. Es urgente entender que aprender no tiene nada que ver con acumular información sino con acumular experiencias. Internet está repleto de información pero no de conocimiento. La web es, hoy por hoy, un gran medio de distribución de información pero todavía muestra debilidades a la hora de provocar experiencias. Resulta descabellado que el papel de los profesores sea transmitir información (algo en lo que nunca podrán competir con los computadores) en lugar de convertirse en diseñadores de experiencias. Dado que el desafío ya no es acceder a la información sino cómo aplicarla, defender una educación centrada en la entrega de información no tiene sentido. Hay que exigirle que entregue habilidades, que garantice saber hacer.
La tecnología permite justamente hacer todo aquello que las aulas presenciales no permiten. Si aprendemos haciendo, un computador es precisamente una herramienta para hacer y no para leer o mirar, para eso ya tenemos tecnologías arcaicas como el libro o la televisión. Ante un computador es difícil quedarse dormido, permanecer pasivos y aburrirse. El computador invita a actuar, a hacer y nos entrega el poder de elegir el camino que nos interesa, nos concede el privilegio de decidir.
Ahora bien, pulsar íconos no es sinónimo de Interactivo. Aprendizaje virtual no significa leer en la pantalla del computador lo que antes leíamos en un papel. Ni multimedia (animaciones, sonidos, imágenes, videos) o redes sociales son sinónimo de aprendizaje. Hemos estado acostumbrados a tratar a los alumnos como oyentes que consumen lo que se les ofrece sin opción de escoger, obligados a escuchar sin poder practicar, robándoles la posibilidad de arriesgarse y equivocarse, de tomar decisiones y comprobar sus consecuencias. ¿Cómo esperamos que generaciones que crecen con los videojuegos, el teléfono móvil e Internet sientan atracción por los monólogos aburridos de un profesor? ¿Qué tiene de divertido, de motivante, de retador? Una película te muestra una situación mientras un videojuego te hace vivirla. Hemos pasado de una generación de espectadores dominados por la televisión y la radio, a una de actores, devotos del computador, la consola y el smartphone, que ya no se conforman con sólo mirar, sino que quieren actuar y que esperan que el aprendizaje sea colectivo.
3. La pregunta que debemos hacernos respecto de la tecnología es ¿qué me permite hacer que no podía hacer anteriormente y que mejora el aprendizaje? El aspecto crucial es que nos facilita que cada uno pueda escoger cómo quiere aprender: si prefieres empezar accediendo a la teoría e investigando, puedes hacerlo. Si prefieres empezar por ver cómo se hace, puedes observar un ejemplo. Si prefieres practicar pero, paso a paso, y con ayuda de alguien, puedes hacerlo. Y si quieres tirarte a la piscina y empezar experimentando, puedes hacerlo.
"El computador es un medio de expresión humana y si todavía no tiene sus Shakespeare, Miguel Angel o Einstein, pronto los tendrá" (Seymour Papert).
Predecir el impacto de la tecnología en nuestras vidas no deja de ser arriesgado. ¿Llegaremos a desarrollar relaciones afectivas con los computadores como muestra la película Her? ¿Qué porcentaje de la experiencia educativa será virtual? ¿Sustituiremos a los profesores por robots como este experimento en una universidad china? ¿Qué impacto tendrá la inteligencia artificial en el aprendizaje? Evidentemente, no va a cambiar el Cómo aprendemos sino que, al contrario, va a acelerar el proceso de brindar experiencias en lugar de contenidos que es justamente la razón por la que están floreciendo los juego s como alternativa educativa irresistible. Lo que sí cambiará drásticamente es el Qué enseñamos. Sabemos que todo proceso de aprendizaje tiene por objetivo prepararte para lo que tendrás que enfrentar después y, por ende, tiene que ser lo más parecido posible. Pero, además, tiene que consistir en practicar lo que te espera para que cuando lo enfrentes, sepas hacerlo. La oportunidad que nos ofrecen las TIC no consiste en mejorar lo que tenemos sino en hacer cosas que hasta ahora no sabíamos ni podíamos hacer. Ya no tendrá ningún sentido memorizar las ingentes cantidades de datos, conceptos, teorías, etc. que forman parte de los inacabables curriculums actuales porque Google lo hace mejor que nosotros. La pregunta que va a hacer realmente apasionante el debate educativo en los próximos años será ¿Qué es importante aprender y cuál es la mejor manera de hacerlo? La tecnología no es la solución pero sin tecnología no hay solución posible. Las TICs son el medio para cambiar la educación, pero mejorarla dependerá de las personas.
El jueves 9 de julio participaremos en la conferencia TEDx "La organización del caos" organizada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Diego Portales con la charla "Eres más inteligente que la empresa para la que trabajas"


 
 
 

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AMÉRICA LATINA: GESTIÓN PÚBLICA PARA RESULTADOS EN EL DESARROLLO - GpRD *

Comunicados de prensa

09-jun-2015

Avanza capacidad institucional de la gestión pública orientada a resultados en América Latina, pero con rezagos

  • Países con mejores puntaje en índice de Gestión para Resultados en el Desarrollo en 2007-2013
  • Áreas de presupuesto por resultados, y seguimiento y evaluación, con puntajes más bajos
América Latina y el Caribe ha logrado una mejora en la capacidad institucional de su gestión pública en asuntos que van desde la programación y ejecución de presupuestos hasta la capacidad de planificación, según un nuevo estudio divulgado hoy por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Pero el informe también destaca importantes debilidades, particularmente en áreas de seguimiento y evaluación de los proyectos y programas públicos.
Las conclusiones se basan en un índice que busca medir la capacidad de los sectores públicos de América Latina y el Caribe de implementar una Gestión para Resultados en el Desarrollo (GpRD). La GpRD es una herramienta de gestión que busca optimizar la creación del valor público, el logro de los objetivos gubernamentales y la mejora continua de las instituciones.
El instrumento con un enfoque en gestión pública por resultados analiza cinco pilares del ciclo de gestión de las políticas públicas: planificación, presupuesto, gestión financiera pública, gestión de programas y proyectos, y seguimiento y evaluación. Los resultados fueron presentados en el libro, Construyendo Gobiernos Efectivos: Logros y retos de la Gestión Pública para Resultados en América Latina y el Caribe.
El índice general de GpRD para los 24 países de la región que participaron del estudio avanzó de un puntaje de 2,0 sobre 5 en el 2007 hasta 2,4 en 2013. El área mejor evaluada en 2013 es la gestión pública financiera, con 2,9 puntos. Las más bajas son presupuesto por resultados y seguimiento y evaluación, ambas con 1,9 puntos.
Brasil, Chile, Colombia y México son los países que registran los más altos niveles de desarrollo de de sus capacidades para implementar la GpRD, con puntajes de 3,0 o más, tanto en 2007 como en 2013. Hay 18 países en el grupo de países en el nivel medio (entre 1,5 y 3,0 puntos) y dos países con puntaje bajo, es decir, menos de 1,5 puntos.
“El estudio se enfoca en las capacidades institucionales de los países para implementar una gestión pública eficiente, eficaz y transparente”, dijo Carlos Santiso, jefe de la división de Capacidad de Institucional del Estado del BID. “Una gestión pública basada en resultados no es un ejercicio académico. Es un tema crítico para que nuestras instituciones públicas puedan responder a las demandas crecientes de sus ciudadanos”.
Evolución de los pilares de la GpRD entre 2007 y 2013
Pilar de la GpRD20072013Variación
Planificación orientada a resultados2.32.80.5
Presupuesto por resultados1.51.90.4
Gestión financiera pública2.52.90.4
Gestión de programas y proyectos1.92.30.4
Seguimiento y evaluación1.61.90.3
Índice general de GpRD2.02.40.4

En general, todos los países mejoraron sus índices aunque en diferente magnitud. Países con desarrollos institucionales rezagados están dando pasos significativos para mejorar sus sistemas nacionales de gestión pública, incluyendo Jamaica, Nicaragua y Paraguay. Países como Ecuador, Perú, República Dominicana y Uruguay tienen un desarrollo institucional medio pero han emprendido importantes reformas que han permitido avanzar significativamente.
Los países muestran los mayores avances en las áreas de planificación. Por ejemplo, en su dimensión estratégica, en 2013 ya 19 países tenían un plan nacional de mediano plazo, aunque la calidad de éstos no es homogénea. La dimensión operativa de la planificación ha tendido a mejorar con la incorporación de indicadores y metas. Queda terreno por recorrer en la participación de más actores en la planeación, incluyendo en muchos casos, la rama legislativa.
En el área de presupuestos por resultados, existe mayor transparencia en los presupuestos y una práctica más extendida de programación de ingresos y gastos en el mediano plazo. Hay carencias en contar con instrumentos que analicen y promuevan la efectividad y la calidad del gasto.
El área de gestión financiera pública registra más países que están utilizando instrumentos para mitigar los riesgos fiscales y se ha fortalecido el marco legal e institucional para las adquisiciones y contrataciones públicas, aunque falta que más países implementen la capacidad de realizar compras públicas de forma electrónica.
En la gestión de programas y proyectos, el desempeño es mixto. Hay progresos en la elaboración de planes sectoriales de largo plazo pero con baja capacidad para implementar los planes, cumplir los objetivos, alcanzar las metas y obtener la información necesaria para efectuar un adecuado monitoreo de su ejecución.
En el caso de seguimiento y evaluación, hay avances en el área de generación de estadísticas, pero pocos países (4 de 24) tienen sistemas maduros de seguimiento de desempeño y de evaluación.
El estudio concluye con un decálogo de recomendaciones de cómo continuar fortaleciendo el enfoque en el logro de resultados a lo largo de todo el ciclo de gestión de las políticas públicas en América Latina y el Caribe.
Pueden descargar el estudio enhttp://www.iadb.org/gobiernosefectivos
Fuente: Comunicado de prensa del Banco Interamerticano de Desarrollo - BID

CUÁL ES TU CONOCIMIENTO CRÍTICO?




Date: Mon, 1 Jun 2015 18:22:39 -0400

CATENARIA - Gestión del Conocimiento
E D I C I Ó N - N ° 1 1 0 - M A Y O - 2 0 1 5
 
¿Todavía no sabes cuál es tu conocimiento crítico?

Javier Martínez Aldanondo
Gerente de Gestión del Conocimiento de Catenaria
jmartinez@catenaria.cl y javier.martinez@knoco.com Twitter: @javitomar
Basta que un concepto sea abordado por una revista emblemática como Harvard Business Review, publicación de cabecera de gran cantidad de directivos para que, automáticamente, acapare un nivel de atención inaudito. Esto es lo que pasó con el término de conocimiento crítico cuando la edición de enero-febrero de 2015 de HBR incluyó el artículo "Gestionando el conocimiento crítico para tu misión". Si ese mismo concepto lo recoge también la edición de mayo del newsletter de Knowledge Wharton (una de las escuelas de negocio más prestigiosas del mundo) en alianza con Universia (la principal red iberoamericana de universidades) con el título " Cómo determinar qué parte de sus conocimientos realmente importan", el impacto se incrementa exponencialmente.
¿Por qué este repentino interés de los gurús del management por el conocimiento? Porque reconociendo el impacto del conocimiento en el logro de los objetivos, saben que la inmensa mayoría de empresas carecen de una estrategia para gestionarlo, lo que perjudica sus resultados.
Y siendo el conocimiento un activo tan relevante ¿cómo se administra? Uno de los principales desafíos de la gestión del conocimiento es justamente decidir por donde comenzar. Las organizaciones que llegan a la convicción de que deben administrar su activo esencial y deciden iniciar un proyecto de gestión del conocimiento se hacen siempre la misma pregunta ¿qué conocimiento debiésemos gestionar en primer lugar? Esta interrogante no tiene una respuesta sencilla. Las organizaciones tienen toneladas de conocimiento (que además crece cada día) y resulta evidente que no es posible gestionarlo todo. Lo más sensato es comenzar por el conocimiento más estratégico, es decir, el conocimiento crítico.
¿Qué es el conocimiento crítico? En una escena de la película "En busca del arca perdida", Harrison Ford es desafiado por un guerrero armado con un alfanje, Después de contemplar su demostración de aspavientos intimidatorios, procede a desenfundar su revolver para liquidarlo de un disparo. Cuando dispones de un conocimiento (un arma de fuego) del que tu adversario carece y no puede contrarrestar (ya que empuña una espada) tienes una ventaja competitiva que en este caso es decisiva.
El conocimiento crítico es aquel que sostiene tu ventaja competitiva, que en el ámbito laboral es la razón por la que los clientes prefieren a tu empresa respecto de los competidores. Si analizas la ventaja competitiva de tu empresa, comprobarás que rara vez se basa en los activos físicos sino que casi siempre se sostiene sobre algo que las personas que trabajan en la compañía saben hacer mejor que el resto. Google o Apple son el mejor ejemplo de ello. Como ya mencioné tiempo atrás, la razón por la que una empresa construye un hotel de 30 pisos en 15 días es porque cuenta con un conocimiento (tecnología y proceso de construcción) que le otorgan una ventaja difícil de neutralizar por sus competidores. Y esto quiere decir que dicha ventaja solo será sostenible mientras otros no aprendan a hacerlo mejor que tú o encuentren una alternativa que lo sustituya. Actualmente, las ventajas competitivas duran cada vez menos tiempo, en ocasiones pueden ser cuestión de unos pocos meses lo que te obliga a aprender permanentemente cosas nuevas (innovar) y renovar tu propuesta de valor. La principal ventaja competitiva radica en lo que puede hacer la gente que atraigo a mi organización y que soy capaz de mantener y evitar que se marchen, más que en mis productos o mis patentes que son siempre temporales.
Las instituciones públicas no hablan de ventaja competitiva aunque tienen clientes (usuarios) cada vez más exigentes a los que prestan servicios y a quienes deben satisfacer. Para un organismo público, el conocimiento crítico es el que más impacto tiene en la consecución de sus objetivos de negocio. Sorprendentemente, no son pocas las organizaciones públicas que tienen serias dificultades para definir los resultados que desean obtener y evaluarlos adecuadamente.
Es evidente que si no sabes cuál es tu conocimiento crítico, corres un riesgo gigantesco porque estás descuidando lo que te hace único, aquello que hace que seas valorado por tus clientes.
¿Y cuál es tu conocimiento crítico? Veámoslo en primer lugar desde el punto de vista personal.
Cada vez que hago un taller, pregunto a los participantes ¿A ti por qué te pagan? La mayoría se queda un largo rato divagando y tiene serios problema para encontrar un verbo que justifique porque le paga su empresa. Obviamente, tu organización te contrata por tu conocimiento, por algo que sabes hacer y contribuye al negocio. ¿Cómo es posible que a las personas les cueste tanto especificar cuál es el conocimiento que su empresa valora? ¿Cómo puedes no saber cuál es tu ventaja competitiva? Tu futuro depende de ello. En los últimos meses he impartido bastantes conferencias. Al comienzo, siempre comparto la siguiente afirmación con el auditorio: "eres lo que has aprendido y serás lo que seas capaz de aprender". O lo que es lo mismo, tu vida depende de tu conocimiento. El conocimiento que tienes determina lo que puedes o no puede s hacer en la vida. Hace varios años, saqué una foto de un hombre que vive de dar indicaciones a las personas que estacionan sus autos en un supermercado. Ese hombre, que hoy en día sigue exactamente en el mismo lugar, no es menos inteligente que cualquiera de nosotros, simplemente no tiene conocimientos que le permitan ganarse la vida de otra manera y sigue dependiendo de las monedas que cada conductor le quiere dar. Somos nuestro conocimiento y no tenemos otra cosa. No puedes hacer aquello para lo que no tienes conocimiento. Si te pido resolver el cubo rubik o traducir un texto del alemán, pero no cuentas con el conocimiento, por más que te ofrezca 1 millón de dólares, el esfuerzo resultará inútil. Para todo lo que haces necesitas conocimiento. Ya la Biblia recogía esta obviedad "Mi pueblo pereció por falta de conocimiento (Oseas: 4;6. 4,1,19)". Podemos acuñar un nuevo refrán que rece así: "dime lo que sabes y te diré lo que puedes (y lo que no puedes) hacer".
Si piensas en tu porvenir, cualquiera que sea el objetivo que te fijes en la vida, necesitas asegurarte de contar con el conocimiento necesario para alcanzarlo, de otra forma se convierte únicamente en un sueño, en una aspiración. ¿Tienes claro qué conocimiento necesitas y cómo vas a adquirirlo? Por suerte, la solución es muy sencilla. Si no tienes conocimiento, tan solo necesitas aprender. El proceso de producción de conocimiento se llama aprendizaje. Cada oportunidad de aprender te brinda nuevas posibilidades de reforzar tu conocimiento.
¿Y cómo se determina el conocimiento crítico en tu organización? El conocimiento es un activo ingobernable que se comporta de manera muy distinta del resto de activos que estamos acostumbrados a gestionar porque tiene características que lo hacen único: Con el conocimiento pasa lo mismo que con el oxígeno. Es un intangible porque no lo podemos ver ni tocar. Además es inconsciente ya que tampoco pensamos en él aunque lo utilizamos cada segundo ya que es imprescindible para vivir. Tan solo nos damos cuenta de su importancia cuando no lo tenemos. Si de repente el aire se envenena o te sumerges bajo el agua, entonces eres consciente de que tu vida depende de ese elemento tan minusvalorado y al que nunca prestamos atención. Sin conocimiento no puedes hacer nada. Ni las personas ni las organizaciones pueden funcionar sin conocimiento, de hecho cuentan con un amplio stock de conocimiento pero no saben cuál tienen. No es extraño que cuando la comisión de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en EEUU evaluó el desempeño del FBI, llegase a la conclusión de que "el FBI no sabe lo que sabe y carece de mecanismos para capturar o compartir lo que sabe". Por desgracia, el 99% de las organizaciones padecen la misma ignorancia que el FBI. Es esa condición de intangibilidad e inconsciencia la que dificulta que tanto personas como organizaciones sepan qué conocimiento tienen y menos aún lo puedan gestionar.
Un mapa de conocimiento es un inventario priorizado del conocimiento de la empresa que responde las preguntas ¿Que sabemos aquí? y ¿qué es lo más importante de todo lo que sabemos y qué deberíamos hacer con ello? Hace casi 6 años elaboramos nuestro primer mapa de conocimiento crítico para una institución pública y desde entonces hemos repetido el ejercicio para una decena más de organizaciones públicas y privadas. Es posible identificar conocimiento crítico en 2 planos:
1. Conocimiento crítico presente u operativo. Es el conocimiento responsable de los resultados del negocio actuales. Como vimos, una primera alternativa para determinar el conocimiento crítico en una empresa se requiere tener clara su ventaja competitiva. ¿Cuáles son las principales decisiones que se toman en la organización? ¿Obtener contratos con clientes? ¿Proveer el servicio prometido? ¿Innovar y crear nuevos productos? ¿Reducir los costos? ¿Gestionar proyectos exitosos? Y entonces, ¿cuál es el conocimiento necesario para ello?
Otra forma de determinar el conocimiento crítico es a partir del mapa de procesos que recoge la serie de actividades que tu empresa realiza para atender a sus clientes y entregarles sus servicios o productos. Claro que los procesos generalmente indican qué hay que hacer pero no ayudan mucho respecto de cómo hay que hacerlo que es justamente la parte referida al conocimiento. El problema se agrava cuando la empresa no cuenta con mapa de procesos o dicho mapa no corresponde a la manera en la que realmente se hacen las cosas. ¿Suena conocido?
2. Conocimiento critico futuro. La mejor manera para que la identificación de conocimiento crítico sea lo menos subjetiva posible es trabajar a partir del plan estratégico. Muchas organizaciones elaboran anualmente un plan estratégico donde establecen los objetivos que se pretende alcanzar para el siguiente periodo de tiempo que puede ir de 1 a varios años. El plan estratégico recoge lo que es importante para una empresa, donde va a colocar sus prioridades y concentrar sus esfuerzos, por ejemplo: aumentar su cuota de mercado o control de costos o expansión geográfica o innovación… Actualmente, los planes estratégicos se comparten abiertamente en las memorias anuales. El secreto no está en el plan sino en el conocimiento para llevarlo adelante.
Llama la atención el enorme esfuerzo que se realiza en fijar los resultados que se quieren obtener y las actividades que se van a realizar para lograrlos mientras no se dice nada respecto de qué conocimiento se necesita para cumplir esa promesa. Un plan estratégico no puede contentarse con detallar las dimensiones financiera, clientes y procesos sino que necesita especificar cuáles son los conocimientos que se requiere gestionar para lograrlo, algo que no sucede (nunca he visto ningún plan estratégico que precise los conocimientos que se van a gestionar). La pregunta imprescindible en este caso es ¿tienes actualmente esos conocimientos o deberás incorporarlos? Recientemente elaboramos el mapa de conocimiento para la Innovacion para una institución que tenía definidos sus focos de Innovacion pero necesitaba determinar qué conocimientos eran críticos para poder abordarlos y qué personas contaban con dichos conocimientos y deberían formar parte de los equipos de innovación.
Ahora bien, identificar los conocimientos críticos es solo el primer paso, a continuación es necesario evaluar en qué estado de riesgo se encuentran para priorizar sobre cuál de ellos concentrar el esfuerzo. Para ello existen múltiples criterios, alguno de los cuales se mencionan en el artículo de HBR: Criticidad futura, nivel de documentación, grado de difusión, dependencia de terceros, probabilidad de pérdida, dificultad de remplazo, nivel en la empresa en comparación con el resto de la industria, etc.
Y una vez identificado el conocimiento crítico, llega el momento de acordar cómo administrarlo: Protegerlo para evitar perderlo, sistematizarlo, clasificarlo y organizarlo, transferirlo y compartirlo, difundirlo, actualizarlo, incrementarlo, etc.
La razón de ser de la gestión del conocimiento es ayudar a las organizaciones a conseguir sus resultados y mejorar continuamente ¿Sabes lo que quieres? ¿sabe tu empresa lo que quiere? Si eso está claro, entonces identificar el conocimiento crítico es factible, de otra manera se torna imposible. El mapa de conocimiento es una herramienta estratégica para la organización porque contiene información crítica para el futuro de la misma. Si no lo administramos correctamente, nuestra supervivencia se ve seriamente amenazada. No es casualidad que organizaciones como la NASA, Boeing, el CERN o 3M hayan mapeado su conocimiento crítico para utilizarlo como herramienta de gestión para la toma de decisiones.
El jueves 9 de julio participaremos en la conferencia TEDx "La organización del caos" organizada por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Diego Portales


 
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SERÁ POSIBLE UNA SOCIEDAD MENTALMENTE NUEVA?



Sociedad Nueva, Mentalidad Nueva

Centro de Pensamiento para el Desarrollo Local y Regional GRAN BOYACÁ - CGB

Una sociedad nueva, se alcanzará, principalmente, con una educación nueva.

¿Cómo podría ser una sociedad nueva?

Desde luego que distinta y mejor, que la que hoy tenemos. Seria trabajadora, honrada, humanizada, solidaria, pacífica, ideológicamente tolerante, progresista, respetable, respetada, optimista, alegre, equilibrada y justa; Capaz de utilizar la ciencia, la tecnología y la política para generar verdadero bienestar integral y creciente para todos los asociados.      

Ese modelo de Sociedad, no aparecerá espontáneamente, menos como producto del caos social hoy predominante. La dialéctica del insulto, la intimidación, la irresponsabilidad, el afán por el lucro fácil, la corrupción, la injusticia, la mentira, el engaño, la envidia y el egoísmo, no construyen sino destruyen; por eso, de ellos no puede esperarse una sociedad mejor, sino un mayor desorden, un malestar social, un aniquilamiento social.

De nada servirá el esplendor material si no se basa en los propósitos de mejorar la calidad humana general.

Las grandes obras llamadas civiles como las hidroeléctricas, los grandes viaductos, los centros comerciales, las lujosas urbanizaciones, las fastuosas avenidas, los trenes metropolitanos, la infraestructura gigante para los servicios públicos; las más sofisticadas tecnologías de todos los órdenes, los audaces avances científicos, tendrán valor coyuntural y parcial mientras no se garantice la equidad social de sus beneficios; de poco servirán, si no existe la preparación civilizada y la oportunidad real para su uso adecuado, generalizado y creciente.    

La Educación, si así puede llamarse, que produjo el tipo de ciudadano de hoy, acusa tremendas fallas, y es en  mucho, la causa de la actual descomposición social.

No existe sistema educativo en el país, sólo se ha hecho un esfuerzo por sostener una situación en condiciones inferiores sin reales propósitos ni objetivos sociales, con todos los vicios de la desorganización política y social, vividos y reproducidos en las instituciones; con más disfunciones que funciones reales y sin responsabilidades ni exigencias sociales. 

El preescolar, la primaria, el bachillerato y la universidad no hablan lenguajes de interrelación; todos se quejan de tener que remediar el nivel anterior, todos especulan y posan soberbiamente de independientes o”autónomos”, aún entre elementos del mismo nivel. La mayor tarea que cumplen es la de cantidades, de moldes, de memorización, de acervos de datos, poco de análisis, poco de leer bien y menos de escribir bien; es decir, poco de entender y menos de producir en términos de conocimiento y ciencia. Y, casi nada se trata, de la formación del individuo como ciudadano, como hijo, como hermano, como amigo, como humano, como civilizado, como miembro de una sociedad que hoy no se comprende, porque nadie explica su realidad, ni su dimensión, ni su importancia, ni la necesidad de organizarla adecuadamente para el bien de todos.

Un verdadero sistema educativo que responda a reales necesidades sociales, y que cumpla un serio y riguroso proceso enseñanza-aprendizaje, cultivador permanente de la personalidad y del carácter, es requisito fundamental para lograr una Sociedad Nueva, basada como se puede colegir, en una pedagogía capaz de producir el ciudadano nuevo, cargado de los valores humanos que practica, que siembra, que cuida, que cosecha y que mejora, para la supervivencia civilizada y útil de la sociedad que lo acepta y lo tolera.

Educar de verdad a los individuos de hoy y de mañana es la primera y más importante tarea o estrategia para desarrollar un modelo de Sociedad Nueva.

¿Quién asumirá en serio la tarea?

Con seguridad, usted amigo lector está "predestinado" y preparado para ese enorme, exigente y urgente servicio social. Se tiene la oportunidad más grande y hermosa; sólo se requiere de voluntades gigantes para su aprovechamiento inmediato.

Lo más importante no son los problemas sino las conductas y las acciones coherentes para solucionarlos.