ESTADO NACION, LA CAMA DE PROCUSTO

Fue un  griego de gigantesca estatura y  fuerza descomunal. Era hijo de Poseidón. Procusto entra en la mitología clásica  como un monstruo de maldad. Poseía en Eulesis,  pintoresca aldea  cerca  de Atenas, una posada  para  transeúntes. En ella ofrecía camas. Eran camas de longitud variable. Las asignaba pensando en   torturar y matar a quienes pernoctaban en la posada. Las  camas las asignaba  de acuerdo con la estatura del cliente. Si era alto, lo acostaba en una cama pequeña; las partes sobrantes de las piernas las cortaba con un hacha. Si   era pequeño lo acostaba en una  cama larga donde lo estiraba hasta hacerlo caber completo en el lecho, con lo cual también lo mataba. Bajo el dominio de Procusto todos sus clientes, sin excepción, sufrieron letales tratos por mutilación o por descoyuntamiento. Por esos actos lo llamaron Procusto "el deformador" y Demostes  "el avasallador". 

El comportamiento de Procusto nos conduce al campo del simbolismo político. Cubre los términos de Estado y  dominio. La cama  representa el  territorio de una nación.  Procusto encarna al soberano que lo administra. Procusto y su cama tipifican, en conjunto, a aquellos gobernantes que  pretenden acomodar  la realidad de una nación  a  duras y letales  dimensiones que le dictan sus ambiciones, sus resentimientos,  sus intereses personales, públicos y privados. La cama, en el símil, retrata países y naciones. Procusto representa al dictador que se  levanta, se impone y manda  a discreción.  El caso  aparece y se repite en muchas partes. Se da en naciones  donde  quien   maneja  el espacio-cama, sacrifica a sus huéspedes, la población, se adueña de todo, impone condiciones, sirve sus intereses particulares, deforma la realidad, atropella y mata.  Sus clientes quedan   sometidos a la violencia, al tormento, a penosas situaciones de la vida  personal y social. Procusto tipifica, de esa manera, a todos los  dictadores, antiguos y modernos.  Su figura evoca a aquellos que, con todos los medios a su disposición, por  ambiciosa conducta,  dan sentido político y jurídico a  crueles y temibles acciones. Representa  a  quienes, desde su  posición de mando, indiscutida, terminan siendo protagonistas históricos de violencia y arbitrariedades.

Procusto terminó su existencia igual a la que  aplicó  a sus huéspedes. De manera sangrienta. Teseo lo mató con  el mismo procedimiento  que Procusto utilizó con sus  huéspedes. Lo acostó  en  una cama pequeña  y lo mutiló. Le cortó con un hacha  las partes del cuerpo que sobresalían de su contorno.
Alberto Mendoza Morales
Sociedad Geográfica Colombiana

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