HAMBRE Y SEGURIDAD ALIMENTARIA

El mundo se está ocupando, cada vez con mayor énfasis, en el diagnóstico y propuestas de solución al creciente problema del hambre. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 2006) estima que unos 1500 millones de personas en el mundo sufren de hambre y desnutrición, una cantidad cerca de 200 veces mayor que el número de personas que efectivamente mueren por esas causas al año.[1]            

Se considera pertinente presentar aquí algunos conceptos fundamentales, adoptados desde tiempo atrás en reuniones de carácter global, con el propósito de ayudar a facilitar la comprensión de la magnitud e importancia del muy grave problema del hambre en el mundo y de las políticas y estrategias gubernamentales de cada Estado  para lograr las correspondientes soluciones estructurales.

La humanidad, mediante iniciativa intencional de organizaciones no gubernamentales, ha hecho el esfuerzo de ensamblar, debatir, socializar, adoptar los conceptos, promover y lograr compromisos gubernamentales y apoyos empresariales, impulsar la legislación pertinente y su regulación   e implementar la conversión, en realidades tangibles. Todo ésto se ha se ha planteado en definiciones y estrategias  y se ha acogido en concertación “teórica” entre gobiernos, políticos, Instituciones de todos los órdenes, Universidades, Centros de Investigación y Estudio tanto públicos como privados, dirigentes, Organizaciones No Gubernamentales, Organizaciones comunitarias, Empresas, Grupos de personas y aún de personas familiar e individuamente.
El problema del hambre en el mundo afecta no sólo a quienes la padecen directamente sino a toda la humanidad por las condiciones de deterioro social generalizado que genera. Hay que advertir que este problema ha sido, en general, diagnosticado y  delimitado con todas sus causas y efectos; ha sido sometido a procesos de legislación y planificación que formulan soluciones pero, desafortunadamente, la población vulnerable aumenta y los resultados esperados de las acciones gubernamentales no muestran el mejoramiento esperado en lo referente al mejoramiento de las condiciones generales de vida de que tanto se escribe y se habla oficial y extraoficialmente. Algo está fallando y de manera protuberante.
« La amplitud del fenómeno pone en tela de juicio las estructuras y los mecanismos financieros, monetarios, productivos y comerciales que, apoyados en diversas presiones políticas, rigen la economía mundial: ellos se revelan casi incapaces de absorber las injustas situaciones sociales heredadas del pasado y de enfrentarse a los urgentes desafíos y a las exigencias éticas. Sometiendo al hombre a las tensiones creadas por él mismo, dilapidando a ritmo acelerado los recursos materiales y energéticos, comprometiendo el ambiente geofísico, estas estructuras hacen extenderse continuamente las zonas de miseria y con ella la angustia, frustración y amargura... ». « No se avanzará en este camino difícil de las indispensables transformaciones de las estructuras de la vida económica, si no se realiza una verdadera conversión de las mentalidades y de los corazones. La tarea requiere el compromiso decidido de hombres y de pueblos libres y solidarios»[2]
Hambre. Se define[3] como “escasez de alimentos básicos, que causa carestía y miseria generalizada. El hambre es la sensación que indica la necesidad de alimento. En condiciones de normal alimentación, suele aparecer unas 4 horas después de la última comida, aunque este tiempo puede variar mucho.
La sensación de hambre es algo natural, pero privarse de alimento durante mucho tiempo perjudica la salud mental y física. La privación de alimento induce a la somnolencia, atenúa las emociones e impide pensar con normalidad. El deseo de comer se hace prioritario y se diluyen los valores morales. El hambre extrema puede tener un efecto deshumanizador que lleve al robo, al asesinato e incluso al canibalismo. A menudo el hambre va acompañada de enfermedad y epidemias, que tienen su origen en el estado de debilitamiento de los afectados. La mayoría de las muertes por hambre se debe a desnutrición permanente. Las familias sencillamente no tienen suficientes alimentos. Esto, a su vez, se debe a la extrema pobreza[4]
Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN). En la Cumbre Mundial de Alimentación (1986) se define el concepto que en la actualidad sigue vigente[5]: “Seguridad alimentaria, a nivel individuo, hogar, nación y global, se consigue cuando
todas las personas en todo momento tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias con el objeto de llevar una vida activa y sana” (FAO, 2002)

Seguridad Alimentaria: La seguridad existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso material, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos que satisfacen sus necesidades de energía alimentaria y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana. Hay seguridad alimentaria en los hogares cuando ésta beneficia a todos sus miembros.
Seguridad Nutricional: La seguridad nutricional implica que una persona goza en todo momento de una condición nutricional óptima para llevar una vida activa  y sana. La condición nutricional óptima guarda relación con la edad, el estilo de vida deseado y la condición fisiológica, y abarca tanto aspectos cuantitativos (necesidades de energía alimentaria) como cualitativos (necesidades de proteínas, minerales y vitaminas)[6].


Soberanía Alimentaria (SobA)[7] 
a- Derecho de los pueblos a definir sus propias políticas y estrategias sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos que garanticen el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción agropecuaria, de comercialización y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental” (Foro Mundial de Soberanía Alimentaria 2001).
En la definición, la Soberanía Alimentaria enfatiza en la visión de sostenibilidad y autonomía, el derecho a la alimentación y el apoyo decidido a la agricultura familiar. Además, contempla el acceso y control de la población sobre los recursos productivos (tierra, agua y semilla, entre otros), con una especial atención a los aspectos de regulación de la tenencia de la tierra, y al acceso y control de las mujeres sobre dichos recursos. Todos estos aspectos vienen a reforzar la visión de la seguridad alimentaria desde la óptica de lo “local”, y del respeto y defensa de las culturas y tradiciones alimentarias”.
b- ¿Cómo precisamos hoy el concepto de soberanía alimentaria?[8] La Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas sustentables de producción, distribución y consumo de alimentos, garantizando el derecho a la alimentación para toda la población, con base en la pequeña y mediana producción, respetando sus propias culturas y la diversidad de los modos campesinos, pesqueros e indígenas de producción y comercialización agropecuaria, y de gestión de los espacios rurales, en los cuales la mujer desempeña un papel fundamental. La soberanía alimentaria debe asentarse en sistemas diversificados de producción basados en tecnologías ecológicamente sustentables.   

Derecho de Alimentación (DA)[9] “¿Qué es derecho a la alimentación?
El derecho a la alimentación es el derecho a tener acceso, individual o colectivamente, de manera regular y permanente, a una alimentación cuantitativa y cualitativamente adecuada y suficiente, y a los medios necesarios para producirla, de forma que se corresponda con las tradiciones culturales de cada población y que garantice una vida física y psíquica satisfactoria y digna”.

¿Cómo está regulado el derecho a la alimentación a nivel internacional?[10]
El derecho a la alimentación aparece recogido en la Declaración Universal de Derechos Humanos (DUDDHH) en el artículo 25: “Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado, que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios, tiene asimismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, u otros casos de pérdida de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad”.

Hugo Arias Castellanos
Director del Centro de Estudios Gran Boyacá  - CGB
director@granboyaca.org

[2] Juan Pablo II, Carta Encíclica Redemptor hominis, 1979, n. 16
[3] Ver, Gran Enciclopedia Espasa, Volumen 10, pág 5772, Editorial Espasa, 2005.
[5] Ver Carmen Lahoz et alt., “Seguridad Alimentaria y Nutricional: Evolución y conceptos”, pág. 1, 2007. 
[6] Ver, SENA VIRTUAL “Políticas de Seguridad Alimentaria y Nutricional en Colombia”. 2008.
[7] Ver Carmen Lahoz et alt., “Seguridad Alimentaria y Nutricional: Evolución y conceptos”, pág. 1 y 2, 2007. 

[8] Ver Vicent Garcés “LA Soberanía Alimentaría en tiempos de Globalización”, págs 5 y 6.
[9] Ver  “Políticas de Seguridad Alimentaria y Nutricional en Colombia”, pág.1, 2008
[10] Ibídem, pág.2

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