“TODO TIEMPO PASADO FUE MEJOR”

Jorge Agustín REYESPULIDO                                                                  Catedrático UPTC

¡Tunja necesita Estadio! y ¡Lamentable situación vive la UPTC!

                                                                 
Por increíble que parezca, estos dos son titulares del periódico MINUCIAS, cuyo director era Héctor P. Gutiérrez Ll., publicado el 28 de febrero de 1968, en la UPTC. El tema central de la publicación estaba relacionado con la crítica situación económica de la universidad, que por la época tenía en perspectiva “un recorte administrativo” y que “necesitaba un presupuesto de $ 19.455.322.oo”.
Se anunciaba, entonces, la supresión de los siguientes cargos: “Directivo 1; administrativo 8; técnico 4; técnico auxiliar 2; de servicios 53 para un total de 68 empleados que quedarán por fuera en poco tiempo. El único personal que registró aumento fue el docente de tiempo completo”.
El artículo presentaba la difícil situación que vivía el estudiantado por la privación de servicios de cafetería y el bajo número de residencias universitarias  “motivos estos que están haciendo que los dueños de hoteles, pensiones, apartamentos y almorzaderos gocen de lo lindo subiendo los precios hasta donde les da la gana sin que haya autoridad alguna con disposición de poner coto a tales abusos”.
Minucias, como llamábamos a Gutiérrez Ll., consideraba que “Si el Gobierno Nacional no quiere aumentar el presupuesto porque conoce que en esta Universidad la burocracia y el corbatismo siempre han querido hacer de las suyas; si piensa, como lo hemos pensado nosotros, que la U. ha sido más una oficina de empleos que una entidad docente, gustosos aceptaríamos el envío de varios investigadores para que tomaran nota de lo que falta, lo que sirve y lo que está estorbando y comiéndose nuestro escaso presupuesto”
Gutiérrez LL. finalizaba el artículo afirmando que “La Universidad tiene que volver a ser lo que era, una entidad completamente académica y no una “oficina de corbatas”, en donde se daba coloca a cuanto recomendado o recomendada mantienen algunos “jefecillos”, que hoy se encuentran en nuestra Alma Mater viendo la forma de sacar más dinero para su provecho, y menos, muchísimo menos para bien del cuerpo docente y del estudiantado”.
Parecería que desde esa época hasta hoy muy pocas cosas han cambiado en la Universidad. El concepto de “oficina de empleos” aún vigente,  da para preguntarnos en qué momento la burocracia con su “nómina paralela” ha crecido más para dar gusto a ciertos “jefecillos”,  hoy convertidos en verdaderos “caciques” (se habla inclusive de una Rectoría que contrató los servicios de ¡una docena de asesores!) que para responder a las verdaderas necesidades académicas de la Universidad. Actualmente en la UPTC, a diferencia de otras instituciones de enseñanza  superior del país, el número de funcionarios por estudiante está muy cerca del número de profesores por estudiante, haciendo de la U. - como lo afirmaba Gutiérrez LL. hace 40 años – “más una oficina de empleos que una entidad docente” .
La UPTC, hasta hace algunos meses estaba en superávit y de la noche a la mañana resultó en déficit. En los años 68 y 69, no existían los computadores ni la gran cantidad de economistas, administradores de empresas y de expertos contables con los cuales hoy cuenta la institución; ellos podrían explicar lo sucedido y cortar de tajo, en esta forma, las interpretaciones mal intencionadas de ciertos sectores deseosos de hacer daño a la UPTC, en particular y a la Universidad Pública, en general.
Parte una nueva marcha hacia Bogotá para reclamar mayor atención y un mejor trato del Gobierno Nacional para la UPTC. Nos solidarizamos con los estudiantes que participan en ella. Esperamos que sean escuchados y que nuestra clase política se solidarice igualmente con ellos. Las Directivas de la Universidad deben responder al clamor de la comunidad estudiantil y de la sociedad boyacense mediante la racionalización del gasto y haciendo caso omiso de las presiones e intereses de sectores ajenos a la Institución relacionados con el manejo de su presupuesto. La UPTC, después de lo sucedido en nuestro departamento (pérdida de Sofasa, venta de Paz de Rio, la Licorera y la Empresa de Energía), es el único patrimonio que queda a los boyacenses. Hoy más que nunca debemos defenderla.  


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